
Ante todo hagamos una reflexión ¿por qué cuando se habla del sistema surge tanto nerviosismo, tanta inquietud? El sistema parece algo mas abstracto que el gobierno, la democracia o las leyes. Podría parecer en un principio que cualquier enfrentamiento con el sistema es una batalla perdida contra un fantasma.
Pero es precisamente en un análisis sistémico donde quedan en evidencia todas las estafas y errores de nuestro modelo económico globalizado.
Nuestro planeta es un sistema cerrado, intercambia energía con el espacio exterior pero la gravedad impide el intercambio de materia. Exceptuando por supuesto, la caida de algún meteorito o el despegue de algún cohete espacial, algo insignificante. Algunos piensan que dar varias vueltas al planeta lo hace mas grande, que dar muchísimas lo hace infinito. Sin ánimo de ofender, me temo que esto es rotundamente falso.
¿A qué vienen semejantes obviedades?
Porque igual que cuando penetramos en un bosque dejamos de ver el bosque, cuando nos encontramos inmersos en el sistema, dejamos de ver el sistema. No está localizado en ninguna parte concreta y a la vez está en todas. Supongo que tiene cierto parecido con el concepto de Dios. No podemos verlo, está en todas partes, incluido en nosotros mismos y estamos sujetos a sus leyes. Perder la perspectiva sistémica puede llevarnos por tanto a una distorsión completa de la relación causa y efecto. Pero ¿dónde está el truco en esa carambola según la cual la mayoría debe responsabilizarse de las decisiones de una minoría interesada?. Esa distorsión que presenta a las víctimas como culpables y las injusticias como males innecesarios e inevitables.
Es hora de llamar a las puertas del sistema de sistemas, Gaia.
Nuestro sistema ha mostrado la fatídica pantalla azul, el sistema se ha colgado, pero ¿dónde?. ¿Estamos ante un error fatal y hay que reiniciar? ¿Qué es lo que hay que corregir? ¿Viene nuestro sistema con un error de diseño y es inevitable conseguir uno nuevo cuanto antes? ¿Es posible la reparación sin apagarlo? ¿Podemos aceptar sin mas las sospechosas artimañas de los grupos de poder económico? Y aún nos que la pregunta mas inquietante ¿qué futuro nos depara nuestro sistema?
Firmado: Anonymous