Mostrando entradas con la etiqueta biodiversidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta biodiversidad. Mostrar todas las entradas
martes, 21 de agosto de 2018
¿Quién teme al lobo feroz?
La cuna del hombre la mecen con cuentos. Con cuentos de lobos mecieron también la mía. Pero yo ya no creo en cuentos. De los lobos solo he visto el miedo inculcado. El miedo que ha inventado todos los cuentos.
Tememos al lobo como se teme a un espejo que no tiene piedad. Nosotros matamos hasta el genocidio. Sin necesidad vital. Solo por el trofeo o la diversión. El matador viste el traje de oro y grana, el público exhibe su mejor vestimenta para el arte de ahogar el mugido de la sangre a compás de pasodoble. La traición esconde el largo colmillo de la espada. Porque tenemos rituales y eufemismos. Como si el bistec poco hecho y las felicitaciones al chef dieran a la hipocresía el rango de nobleza. O pudiéramos evitar que la verdad cruce la frontera con cuchillas en las concertinas. Tenemos manadas de hombres que violan a mujeres y lo celebran en las redes sociales. Una ley para el hombre, que los libera. Y una España que reza a Queipo de Llano en la Basílica de la Macarena.
Pero me han contado un último cuento. El cuento de la despoblación rural por causa del lobo. La memoria y la inteligencia del hombre también la ofuscan con cuentos. Usando la antigua treta de repetir mil veces una mentira para convertirla en verdad. Pero solo en el altar del autoengaño.
Porque yo también me fui. Pero antes se marcharon familias enteras.
¿Por qué emigrar? ¿Huyendo acaso de la jara, del amanecer silvestre o del fantasma de un lobo? No. Solo era la búsqueda de la dignidad. Lejos. En un lugar donde fuera posible. Cada cual tuvo sus motivos. Pero se parecían. La vida era una broma pesada y nosotros los santos inocentes. El olvido y el silencio hacen su trabajo. La memoria también. Nunca me imaginé al lobo como chivo expiatorio, pero al fin y al cabo siempre lo fue.
“Este hijo mío lee demasiado. No puede ser bueno leer tanto.” Y bajando la voz, mi madre casi habla del pariente exiliado en la atmósfera irrespirable de los secretos. “Lee pero calla”. Había que ser cauteloso y no mostrar inteligencia ni cultura para no convertirse en trofeo de caza de los amos. Ni señuelo de sus rehalas. Dios está en todas partes y el señor en el cortijo.
¿Por qué volver a la tierra entonces? Añoranza del paisaje quizás. No de la servidumbre. Quizá también por la llamada de algo mas profundo. Porque somos sus deudores. Porque, como la muerte, la tierra nos iguala. Porque hasta la mentira necesita una verdad que traicionar. Porque no podemos evitar volver a ella, solo hacerlo con dignidad, solo dar significado al tiempo que permanecemos sobre este suelo.
Alguna vez estuve en lo de Queipo de Llano. Virrey de Andalucía, inspiración de violadores. Había un cierto aire de guarida en los cerrojos y las alambradas. Mi tía aplicaba el adjetivo estándar para todos los señores: campechano. Y como ovejas sin amenaza celebramos aquella navidad. La ignorancia se construía mirando para otro lado con esa voz que acaricia la sumisión y el servilismo. La supervivencia se obtenía viendo y callando.
¿Dónde estaba entonces el matador inocente? ¿el lobo legendario?.
No lo sé. Lo he visto en documentales y en algún zoológico. Y conozco los cuentos. Pero yo solo he visto al hombre lobo para el hombre. He visto el desierto que sigue a sus pasos.
Y sé que nada iguala la ferocidad del hombre cuando el crimen y la muerte se convierten en un negocio rentable.
Dadle al esclavo el sueño de ser amo y se olvidará de reclamar la libertad, dadle al pobre la esperanza de ser rico y ya no volverá a pedir justicia. Da igual que eliminéis al esclavista o derroquéis al dictador. De esa complicidad nacerán los nuevos opresores.
Quizá lo que asusta a algunos no es que el lobo no se extinga sino que se dediquen esfuerzos y dinero a la educación ambiental y que la ciencia espante a sus fantasmas. Despertar del tiempo donde lo importante era precisamente aquello de lo que no se hablaba. Saber, por ejemplo, que la agricultura y ganadería intensivas alimentan una burbuja insostenible, que la ganadería extensiva es cada vez mas intensiva y que esa intensificación procura reducir al máximo los puestos de trabajo. Es esa destrucción del medio de vida de los habitantes de los pueblos la principal causa del despoblamiento rural. Es importante que los jóvenes sepan que el futuro que destruimos es el suyo. Es el de todos.
Estamos inmersos en una crisis de alcance planetario. No hay lugar pequeño o alejado al que no alcancen las consecuencias del cambio climático, declive de recursos, contaminación o pérdida de biodiversidad. Nuestra ignorancia es hoy la ignorancia del no querer saber. Una ignorancia que se construye mirando para otro lado. La miseria moral precede a la miseria económica. Hoy creemos que solo salva la fe en los mercados y que sobre su altar hemos de sacrificar la sensatez y la dignidad. Lo que sabemos de la ganadería y la agricultura cabe en una campaña de marketing.
Está sirviendo de poco que la urgencia de todos esos problemas haya llevado incluso a una llamada a la conversión ecológica global a través de la encíclica papal “Laudato si”. La iglesia católica española sigue apegada al nacional-catolicismo, ignorante de su propia historia. Ovejas educadas en la sumisión, pastores apegados a sus ritos y su inmovilismo en tiempos de arenas movedizas. ¿Cómo hacer ver a los borregos que no es el lobo, sino el pastor, quien los devora?. No, hermano lobo. No hay lugar para Francisco de Asís en la Iglesia de Francisco Franco.
jueves, 21 de agosto de 2014
El Capital Natural
Ser antisistema en los tiempos que corren es como conspirar contra un suicida paranoico, que entre delirios de grandeza y manía persecutoria, señala a quienes intentan evitar el desastre, como los instigadores de su propia decadencia.
Necesitamos con urgencia un cambio de paradigma económico y social para evitar el colapso de nuestra civilización, pero parece que las élites económicas no están dispuestas a permitirlo. En realidad solo buscan ser los últimos en hundirse, algo que esta por ver, antes de que pueda hacerse algo para evitar el naufragio.
El pico de producción del petróleo, acaecido en 2006 según la Agencia Internacional de la Energía, marca el principio del fin del recurso no renovable y finito mas importante en nuestra sociedad. Parece pertinente por tanto hacer balance de los recursos renovables de los que podríamos disponer en un futuro: el Capital Natural y los servicios que prestan los ecosistemas.
Se podría decir que la sostenibilidad consiste en vivir de las rentas del Capital Natural, de sus intereses, para que las generaciones presentes y futuras puedan disponer de, al menos, los mismos recursos naturales de los que disponemos actualmente. Sin embargo datos científicos contrastados avalan que nuestro crecimiento en el Estado del Bienestar se ha hecho a costa de una reducción de ese Capital Natural. En pocas palabras, el "milagro" de progreso y modernidad de nuestro modelo económico ha consistido en dilapidar el capital que conforma el sostén vital de la humanidad. ¿Es esto exagerado?. Veamos lo que se dice en la web del Banco Mundial sobre la Contabilidad del Capital Natural:
El PIB tiene en cuenta solo una parte del desempeño económico –los ingresos– pero no dice nada acerca de la riqueza y los bienes que subyacen a estos ingresos. Por ejemplo, cuando un país explota sus minerales, en realidad está agotando la riqueza. Lo mismo puede decirse de la sobreexplotación de la pesca o la degradación de los recursos hídricos. La reducción de estos bienes no aparece en el PIB y, por lo tanto, no se mide.
Estamos pues ante un modelo contable, que maquilla las cuentas de tal forma oculta los flujos reales de riqueza, permitiendo así el saqueo mediante la deuda, no solo de los ricos sobre los pobres, sino de las generaciones actuales sobre el patrimonio de las venideras.
Así, mientras el Banco Mundial promueve la Alianza Mundial de la Contabilidad de la Riqueza y Valoración de los Servicios de los Ecosistemas (WAVES, por sus siglas en inglés), con el supuesto objetivo de ayudar a los países a superar el tradicional enfoque en el PIB para comenzar a incorporar la riqueza, que incluye el capital natural, en sus cuentas nacionales, la Comunidad Económica Europea exige a sus socios incluir en dicha contabilidad la actividad "económica" de la delincuencia organizada.
Si el PIB es la medida del progreso de una nación y el progreso, medido en términos del crecimiento del PIB, se obtiene incluyendo la prostitución, la producción y el tráfico de drogas o el armamento militar, si la destrucción del Capital Natural se contabiliza como ingreso, parece lógico preguntarse ¿hacia dónde vamos? ¿A quién estamos engañando? ¿Contabilizamos como riqueza la degradación humana al igual que contabilizamos como ingreso la degradación de la Naturaleza?
Asistimos a una estafa a escala planetaria. Se estima que los países de renta alta se apropian de 1 a 5 veces más que su parte equitativa de los servicios del capital natural del planeta.
Sin embargo, esta asimetría, este saqueo conlleva una dependencia de los países del Norte de los países del sur, la dependencia que tienen los ricos de los pobres. Porque aunque pretendan convencernos de lo contrario, los pobres pueden prescindir de los ricos.
Estamos atados por lo que no queremos saber y por lo que no queremos que se sepa. Es lo que nos permite esta ilusión de libertad total, definida como zafarnos de la responsabilidad de nuestros actos sobre nosotros mismos, nuestros descendientes, sobre los demás seres humanos y el resto de seres vivos. Esta negación de responsabilidad, no permite sin embargo escapar de las consecuencias, en la medida que el perdón divino lo provee. Gaia no es una diosa. Para encontrar la verdad, es suficiente con dejar de engañarnos.
Referencias:
* Contabilidad del Capital Natural. Banco Mundial.
* Capital natural y desarrollo: por una base ecológica en el análisis de las relaciones Norte-Sur. José A. González, Carlos Montes e Ignacio Santos
* Capital natural y funciones de los ecosistemas: explorando las bases ecológicas de la economía. E. Gómez-Baggethun, R. de Groot. Revista científica y técnica de ecología y medio ambiente.
* Límites biofísicos: ¿El colapso de la civilización es ya inevitable?. Carlos de Castro Carranza.
* Restaurando el Capital Natural. Un programa de acción para sustentar los servicios ecosistémicos.
Frances Irwin, Janet Ranganathan.
Necesitamos con urgencia un cambio de paradigma económico y social para evitar el colapso de nuestra civilización, pero parece que las élites económicas no están dispuestas a permitirlo. En realidad solo buscan ser los últimos en hundirse, algo que esta por ver, antes de que pueda hacerse algo para evitar el naufragio.
El pico de producción del petróleo, acaecido en 2006 según la Agencia Internacional de la Energía, marca el principio del fin del recurso no renovable y finito mas importante en nuestra sociedad. Parece pertinente por tanto hacer balance de los recursos renovables de los que podríamos disponer en un futuro: el Capital Natural y los servicios que prestan los ecosistemas.
Se podría decir que la sostenibilidad consiste en vivir de las rentas del Capital Natural, de sus intereses, para que las generaciones presentes y futuras puedan disponer de, al menos, los mismos recursos naturales de los que disponemos actualmente. Sin embargo datos científicos contrastados avalan que nuestro crecimiento en el Estado del Bienestar se ha hecho a costa de una reducción de ese Capital Natural. En pocas palabras, el "milagro" de progreso y modernidad de nuestro modelo económico ha consistido en dilapidar el capital que conforma el sostén vital de la humanidad. ¿Es esto exagerado?. Veamos lo que se dice en la web del Banco Mundial sobre la Contabilidad del Capital Natural:
El PIB tiene en cuenta solo una parte del desempeño económico –los ingresos– pero no dice nada acerca de la riqueza y los bienes que subyacen a estos ingresos. Por ejemplo, cuando un país explota sus minerales, en realidad está agotando la riqueza. Lo mismo puede decirse de la sobreexplotación de la pesca o la degradación de los recursos hídricos. La reducción de estos bienes no aparece en el PIB y, por lo tanto, no se mide.
![]() |
El ejemplo del bacalao atlántico llevado al borde de la extinción, ilustra la forma en que desastre ecológico y desastre económico están relacionados. |
Así, mientras el Banco Mundial promueve la Alianza Mundial de la Contabilidad de la Riqueza y Valoración de los Servicios de los Ecosistemas (WAVES, por sus siglas en inglés), con el supuesto objetivo de ayudar a los países a superar el tradicional enfoque en el PIB para comenzar a incorporar la riqueza, que incluye el capital natural, en sus cuentas nacionales, la Comunidad Económica Europea exige a sus socios incluir en dicha contabilidad la actividad "económica" de la delincuencia organizada.
Si el PIB es la medida del progreso de una nación y el progreso, medido en términos del crecimiento del PIB, se obtiene incluyendo la prostitución, la producción y el tráfico de drogas o el armamento militar, si la destrucción del Capital Natural se contabiliza como ingreso, parece lógico preguntarse ¿hacia dónde vamos? ¿A quién estamos engañando? ¿Contabilizamos como riqueza la degradación humana al igual que contabilizamos como ingreso la degradación de la Naturaleza?
Asistimos a una estafa a escala planetaria. Se estima que los países de renta alta se apropian de 1 a 5 veces más que su parte equitativa de los servicios del capital natural del planeta.
Sin embargo, esta asimetría, este saqueo conlleva una dependencia de los países del Norte de los países del sur, la dependencia que tienen los ricos de los pobres. Porque aunque pretendan convencernos de lo contrario, los pobres pueden prescindir de los ricos.
Estamos atados por lo que no queremos saber y por lo que no queremos que se sepa. Es lo que nos permite esta ilusión de libertad total, definida como zafarnos de la responsabilidad de nuestros actos sobre nosotros mismos, nuestros descendientes, sobre los demás seres humanos y el resto de seres vivos. Esta negación de responsabilidad, no permite sin embargo escapar de las consecuencias, en la medida que el perdón divino lo provee. Gaia no es una diosa. Para encontrar la verdad, es suficiente con dejar de engañarnos.
* Contabilidad del Capital Natural. Banco Mundial.
* Capital natural y desarrollo: por una base ecológica en el análisis de las relaciones Norte-Sur. José A. González, Carlos Montes e Ignacio Santos
* Capital natural y funciones de los ecosistemas: explorando las bases ecológicas de la economía. E. Gómez-Baggethun, R. de Groot. Revista científica y técnica de ecología y medio ambiente.
* Límites biofísicos: ¿El colapso de la civilización es ya inevitable?. Carlos de Castro Carranza.
* Restaurando el Capital Natural. Un programa de acción para sustentar los servicios ecosistémicos.
Frances Irwin, Janet Ranganathan.
domingo, 29 de septiembre de 2013
LA BIBLIA €N PA$TA
"Cuando el hombre blanco vino, nosotros teníamos la tierra y ellos tenían la Biblia. Nos enseñaron a rezar con nuestros ojos cerrados y cuando los abrimos, ellos tenían la tierra y nosotros la Biblia."
Jommo Kenyatta, presidente de Kenya.
La Biblia: Si, yo soy la Biblia, ¿qué desea?
Neoliberalismo: Cómo decirlo. Vengo en busca de... podríamos llamarlo inspiración.
La Biblia: ¿Otro cambio en el Padre Nuestro?
Neoliberalismo: No me dirá que aquello de "perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores" llenaba de entusiasmo a los mercados.
La Biblia: Bueno, el nuevo texto ha sido aprobado por la banca, he cambiado deudas por ofensas y aquí paz y después gloria. ¿alguna cosa más?
Neoliberalismo: Lo cierto es que los inversores andan un poco perdidos. Como alguien dijo, la creencia en la Biblia ha sido un capital invertido con seguridad y ha producido abundante interés... hasta ahora.
La Biblia: ¿Cuál es el problema?
Neoliberalismo: ¿Recuerda aquello de "sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra"?
Bueno, pues nos hemos reproducido como conejos, la Tierra está a reventar, ya andamos a hostias por el petróleo, el clima se está revelando y la biodiversidad la estamos conservando en fotografías. Los ricos tenemos el control de la prensa pero se nos están acabando los eufemismos.
La Biblia: Nadie ha dicho que esas fueran las instrucciones para la supervivencia de la especie humana, sino la condición necesaria para obtener un bonito Apocalipsis. El primer jinete es la victoria, el primer jinete son ustedes victoriosos.
Neoliberalismo: ¿Me está diciendo que la profecía es cierta?
La Biblia: Todo el mundo cree que es una profecía, pero es la historia repetida de todos los imperios y de las civilizaciones colapsadas. Es lo que tiene vivir de recursos ajenos y finitos, mientras dura el saqueo todo es abundancia. Día de mucho, víspera de nada.
Neoliberalismo: ¿Y no podemos evitarlo?
La Biblia: No pueden evitar lo que ya está hecho, ni consumir lo que ya está consumido. La cuestión es si quieren cambiar lo que son, lo que hacen y lo que están dispuestos a hacer por la humanidad.
Neoliberalismo: Todo el mundo tiene que creer que Dios defiende a los ricos en esta vida y a los pobres en la otra.
La Biblia: A eso me refería precisamente. Pero es difícil engañar a tanto menesteroso.
Neoliberalismo: Bueno, lo que ocurre en esta vida pueden verlo por televisión y para comprobar lo que ocurre en la otra tienen que morirse. ¡Todos dejan la comprobación para la última hora!
La Biblia: Entonces ¿le parece bien "a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César", "no se puede servir a dos señores a la vez, a Dios y al dinero"?
Neoliberalismo: No tiene algo mas... protestante.
La Biblia: Si, claro... "Es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos"
Neoliberalismo: ¡Por Dios! No me ha entendido. Protestante, católico. Católico, protestante. Ya sabe, la redención por el trabajo y todo eso.
La Biblia: Comprendo. ¿Le parece... "al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará lo que aún le quede".
Neoliberalismo: ¡Perfecto! ¡Por el sufrimiento hacia Dios!
La Biblia: Pero tenga en cuenta que es solo una parábola.
Neoliberalismo: ¡Como si es una hipérbola! Lo que importa no es la trayectoria del golpe, lo que cuenta es el impacto.
La Biblia: ¿Y a cuantos matará ese golpe?
Neoliberalismo: ¡Pierda cuidado! Tendrá una buena cosecha de almas para poblar su "otra vida". Sin embargo lo del Papa Francisco me tiene un poco preocupado.
La Biblia: Antes de imponer la fe hay que recuperar la credibilidad.
Neoliberalismo: No conocía ese principio teológico.
La Biblia: No es un principio teológico, es una cuestión de marketing básico.
Neoliberalismo: ¿Cree que después de todo lo que estamos haciendo la verdad triunfará alguna vez?
La Biblia: Esperemos que todavía quede alguien para averiguarlo y nosotros no tengamos que asumir responsabilidades.
Neoliberalismo: Para eso están los chivos expiatorios, ya sabe, pobres, inmigrantes, excluidos, extranjeros, homosexuales, mujeres, izquierdistas...
La Biblia: ¿Invertir de nuevo en fascismo? Ya conocen ese camino, solo que esta vez no habrá energía con que reconstruir nada.
Neoliberalismo: Así que no hay salida para esta crisis.
La Biblia: No por ese camino.
PD: Recordaros que podéis traducir, reproducir o distribuir los textos y contenidos de este blog sin restricciones.
domingo, 29 de julio de 2012
El huerto estacionario. Sin laboreo.
No se concibe hoy la agricultura sin la presencia del tractor y la maquinaria movida por combustibles derivados del petróleo. Los antiguos animales de labranza ha sido sustituidos por los cientos de caballos de potencia que mueven las máquinas. Esto ha permitido concentrar a la mayor parte de la población en las ciudades quedando solo una población residual dedicada a la agricultura.
Cuando se habla de la escasez y el fin de la era del crecimiento económico basado en el petróleo, todo el mundo espera que los mercados manifiesten su divinidad y saquen de su chistera una nueva forma de energía infinita que nos permita seguir creciendo. Pero los mercados no están haciendo eso, sino que están procediendo a la exclusión creciente de personas y a la destrucción de las democracias para mantener el estatus de un número cada vez mas reducido de personas. Los mercados nunca hicieron ascos a la esclavitud ni a las dictaduras. El hambre crece en silencio. Y ese silencio es el nuestro.
Cuando se habla de la escasez y el fin de la era del crecimiento económico basado en el petróleo, todo el mundo espera que los mercados manifiesten su divinidad y saquen de su chistera una nueva forma de energía infinita que nos permita seguir creciendo. Pero los mercados no están haciendo eso, sino que están procediendo a la exclusión creciente de personas y a la destrucción de las democracias para mantener el estatus de un número cada vez mas reducido de personas. Los mercados nunca hicieron ascos a la esclavitud ni a las dictaduras. El hambre crece en silencio. Y ese silencio es el nuestro.
SIN LABOREO
Lo mas atractivo desde el punto de vista práctico es que si usamos un sistema de labranza cero tenemos mucho menos trabajo. No es agricultura contemplativa, pero si bastante llevadera desde el punto de vista del esfuerzo físico. Aunque en un principio podemos usar la azada para una primera preparación del suelo, después dejamos el trabajo de abrir los poros en la tierra a las raíces y a todos los organismos que se alimentan de ellas y de los restos que dejamos en el mismo suelo después de la cosecha. Es lo que llamamos abono verde .
Una de las causas de la compactación del suelo es la presión que ejercemos con nuestro acceso reiterado a los cultivos. Una buena solución puede ser cubrir los accesos con una capa mucho mas gruesa de residuos. Podemos elegir la parte mas leñosa de los mismos y dejar los mas finos para la cobertura de la superficie útil cultivable. El tránsito lo realizamos pisando sobre la banda de residuos vegetales ayudando así a su triturado y compactación, a la vez que distribuimos la presión de nuestros pasos sobre una superficie mucho mayor. Disponemos también de un área donde incorporar abonos aún no degradados cuya incorporación directa pueda ser peligrosa para las plantas, ya que los materiales leñosos son de descomposición lenta, de uno a varios años.
De esta forma se mejora la infiltración del agua, el suelo en vez de degradarse, mejora, y la producción aumenta. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación la Agricultura de Conservación se basa en tres principios básicos: perturbación mínima del suelo, cobertura permanente del mismo con materiales orgánicos y diversificación de especies cultivadas en secuencia o asociaciones. Son criterios muy generales, por lo que debemos adaptarlos a cada situación concreta. Debemos tener en cuenta sin embargo que lo que diferencia a este modelo del tradicional o comercial es su enfoque sistémico. No se trata tanto de cultivar tomates o lechugas, como de restaurar o conservar un ecosistema alimentario y de garantizar nuestra seguridad alimentaria a largo plazo.
Una de las causas de la compactación del suelo es la presión que ejercemos con nuestro acceso reiterado a los cultivos. Una buena solución puede ser cubrir los accesos con una capa mucho mas gruesa de residuos. Podemos elegir la parte mas leñosa de los mismos y dejar los mas finos para la cobertura de la superficie útil cultivable. El tránsito lo realizamos pisando sobre la banda de residuos vegetales ayudando así a su triturado y compactación, a la vez que distribuimos la presión de nuestros pasos sobre una superficie mucho mayor. Disponemos también de un área donde incorporar abonos aún no degradados cuya incorporación directa pueda ser peligrosa para las plantas, ya que los materiales leñosos son de descomposición lenta, de uno a varios años.
De esta forma se mejora la infiltración del agua, el suelo en vez de degradarse, mejora, y la producción aumenta. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación la Agricultura de Conservación se basa en tres principios básicos: perturbación mínima del suelo, cobertura permanente del mismo con materiales orgánicos y diversificación de especies cultivadas en secuencia o asociaciones. Son criterios muy generales, por lo que debemos adaptarlos a cada situación concreta. Debemos tener en cuenta sin embargo que lo que diferencia a este modelo del tradicional o comercial es su enfoque sistémico. No se trata tanto de cultivar tomates o lechugas, como de restaurar o conservar un ecosistema alimentario y de garantizar nuestra seguridad alimentaria a largo plazo.
INTERPRETACIÓN TERMODINÁMICA
Partir de principios sencillos tiene especial utilidad cuando nos iniciamos en algo tan complejo como la agricultura. Esto nos permite disponer de una guía intuitiva sobre los procesos para adaptarlos a nuestras circunstancias, medios y necesidades. En general podemos decir que usando técnicas sin laboreo conseguimos descompactar el suelo, manteniendolo suelto y aireado usando la energía que las plantas captan del sol, ya sea de forma directa, mediante el empuje de las raíces de los cultivos o de las plantas que nos sirven de cobertura, o de forma indirecta, mediante los organismos que obtienen de los vegetales su energía vital y los nutrientes necesarios para realizar "su trabajo". Si además tomamos la precaución de reintegrar al suelo aquello que extraemos de él (la cosecha), ya sea mediante nuestros propios residuos orgánicos (orina curada) o estiércol, dispondremos entonces de un huerto estacionario, un sistema de producción que puede alimentarnos de forma indefinida en el tiempo, sin miedo a la pérdida de fertilidad del suelo o a su degradación.
REFERENCIAS
Nada hay nuevo bajo el sol. Aunque la experiencia del huerto ha partido de principios termodinámicos, y la observación de la Naturaleza, estos principios son básicamente los mismos que los de la agricultura de conservación, que según la FAO crece exponencialmente en todo el planeta. En Brasil por ejemplo supera lo 10 millones de hectáreas. También podemos bajarnos desde la web de este organismo dependiente de la ONU un interesante documento sobre soluciones para la compactación del suelo. La documentación es abundante, pública y gratuita.
jueves, 15 de septiembre de 2011
La tormenta perfecta

Se dice que la tormenta perfecta es aquella formada por factores que por sí mismos no son necesariamente destructivos pero combinados tienen consecuencias catastróficas.
La tormenta a la que nos enfrentamos podría ser mucho mas: la confluencia de varias tormentas perfectas. Afrontamos un conjunto de amenazas que consideradas individualmente ya tienen poder por sí mismas para producir la catástrofe. Crash oil, cambio climático, crisis de biodiversidad y superpoblación se ciernen sobre nuestro futuro inmediato, mientras que nosotros solo vemos, o solo queremos ver, como el todopoderoso dinero nos envuelve en una especie de traca final, de despedida anunciada para la era de la estupidez.
Oil Crash
La energía es el elemento indispensable que nos permite modificar el mundo físico. Desde el descubrimiento del fuego, pasando por la revolución industrial hasta llegar a nuestra época, la historia del progreso material y tecnológico es la historia del mayor crecimiento en el consumo de energía en todas las civilizaciones conocidas. Solo una ciega arrogancia nos impide reconocer que todo nuestro poder es dependencia de la energía. Porque la energía no se puede inventar y todo nuestro mundo tecnológico se derrumbará sin la energía necesaria para mantenerlo.
Lo que hace al crash oil la primera amenaza es su inminencia, pues estamos inmersos en el declive de la producción mundial de petróleo. Todo el mundo piensa en los queridos automóviles cuando se habla de crisis del petróleo. Pero deberíamos preocuparnos antes por nuestra alimentación. Plaguicidas y fertilizantes han conseguido rendimientos por unidad de superficie muy superiores a los que se obtenían por medios tradicionales, pero a costa de multiplicar el consumo de energía, casi en su totalidad proveniente del petróleo. Se calcula que por cada caloría de alimentos que obtenemos en nuestro modelo productivo, se gastan diez calorías provenientes de combustibles fósiles. En un modelo económico basado en la desigualdad y el monetarismo, el hambre llegará antes a la gente que a los coches.
Cambio climático
Lo que discuten actualmente los científicos no es si el cambio climático es una realidad, o si está provocado por nuestro modelo económico. Lo que se encuentra en discusión es si hemos atravesado o no, el punto de no retorno. Lo que se discute, es si hemos atravesado el impreciso umbral a partir del que el sistema climático global se desestabilizará de forma irreversible y se iniciará una reacción en cadena sobre la que poco podremos hacer. Aunque los cambios y los efectos económicos ya son evidentes y se pueden cuantificar, parece que como civilización somos incapaces de reaccionar de forma inteligente ante un problema tan sencillo: para salir del pozo lo primero es dejar de cavar.
Crisis de biodiversidad
En 1997 un equipo de economistas y científicos ambientales intentaron medir en términos económicos los servicios que nos presta el medio natural. Resultó que alcanzaba casi el doble del Producto Interior Bruto del conjunto de países del mundo. La abundancia de energía barata que ha supuesto el petróleo nos ha permitido sustituir algunos de estos servicios, mientras que otros recursos como la pesca están siendo saqueados y esquilmados hasta dañar de forma irreversible los ecosistemas que nos proporcionan esta riqueza. Si a eso añadimos los daños producidos por la contaminación y la agricultura intensiva, nos encontramos ante una situación insostenible y en buena medida irreversible. Estamos quemando las naves que nos puedan llevar de regreso al camino de la sensatez.
Superpoblación
Si bien es cierto que en el mundo hay recursos suficientes para alimentar a toda la población existente, también es cierto que en absoluto se puede sostener el modelo de consumo de los países desarrollados para los 7000 millones de habitantes que podrían estimarse actualmente. Mucho menos, si la población mundial sigue creciendo de forma exponencial. Solo la liberación de la mujer, de tal forma que pueda elegir entre dar a sus hijos una vida digna o simplemente tener muchos para alimentar el fuego de las guerras, podría darnos una autoregulación demográfica.
La FAO estima en 840 millones la cantidad de personas que pasan hambre en el mundo. El 80% de la población mundial vive con el 20% de los recursos, mientras el restante 20% de la población acapara el 80% de la riqueza.
Si todos consumiéramos como un estadounidense medio serían necesarios 5 planetas como el nuestro. Parece muy claro que la falta de seguridad alimentaria es ante todo un problema de injusticia, pero si se aplaza la contención del crecimiento demográfico, tarde o temprano se terminaría convirtiendo en un problema irresoluble.
Y la crisis económica... ¿que?
Pero el mundo solo mira lo que ocurre en "los mercados". La economía ha llegado a tal grado de especulación que la confusión entre valor y precio, realidad y ficción económica, es absoluta. Hemos acabado creyendo que el dinero mueve el mundo, pero lo cierto es que se limita a convertir la riqueza en un residuo sin vida. Hablamos de salvar el planeta como si pudiéramos vivir en la Luna. Pero nosotros somos el planeta y su grito será nuestro grito, su futuro nuestro futuro y su dolor estará tejido por el sufrimiento de cada ser vivo, de cada ser humano.
Se acerca la tormenta perfecta, ha llegado la hora de mojarse.
martes, 22 de febrero de 2011
Globalización: Cuando la caja de Pandora se abre desde dentro


Gaia ha encontrado la solución en el círculo. Los sistemas abiertos se enlazan formando circuitos. Lo que nuestros pulmones desechan alimenta a las plantas, el oxígeno que ellas desechan, para nosotros es imprescindible. Estas manos que escriben, mañana serán roble, golondrina o leopardo... si no provocamos su extinción. El dominio sobre la Naturaleza es pura parafernalia. Todo dominio implica dependencia. Cuanto mas pretendemos dominar la Naturaleza, más dependemos de ella. Solo la petulancia permite esta clase de ceguera.
Si evolucionamos para ser muchos, para tener mucho, encontraremos el camino cerrado por el colapso. Si evolucionamos para ser mejores, la vida podrá continuar. No es metafísica. Es Física, pura Física.

Estamos agotando los recursos naturales y eso es muy grave, pero mas grave aún es que estamos deshaciendo los círculos, rompiendo los eslabones, abriendo la caja de Pandora.
Firmado: Camino
Suscribirse a:
Entradas (Atom)