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domingo, 9 de diciembre de 2018

"Sin ley no hay democracia" : Desmontando un meme fascista.




Sin ley no hay democracia.
Es una afirmación rigurosamente cierta. ¿Qué tiene pues entonces esta afirmación de fascista?. Veamos, otra afirmación.
Sin ley no hay dictadura.
También es una afirmación rigurosamente cierta. Pero al comparar las dos afirmaciones nos damos cuenta de que la existencia de ley no es lo que distingue la dictadura de la democracia. Si hubiera algún elemento distintivo serían las urnas, aunque la cuestión de fondo sea mas compleja y habría que buscar en la fuente de legitimidad. Decía Goebbels que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, pero el efecto demoledor de la repetición necesita de ciertas sutilezas en el engaño. Aquí se podría decir que una verdad mil veces repetida oculta aquellas que pueden matizarla o contradecirla. La nocividad intrínseca de este engaño no está en su complejidad sino en su sutileza.
A diferencia de Franco, se dice con frecuencia que todo lo que hizo Hitler fue legal. No es del todo cierto. El partido nazi no solo contaba con organizaciones legales. En los juicios de Núremberg se hizo la distinción entre estas organizaciones y las criminales, que actuaron de forma paralela mediante la violencia, la corrupción y la propaganda. Que "sin ley no hay democracia", es una idea que seguimos escuchando en diferentes versiones y cada vez mas lejos de su fuente inicial, un partido político que ha mostrado su cara mas oscura como organización criminal. Y sí, las organizaciones criminales también tienen ley. Pero de los juicios al partido nazi emanaron nuevos principios jurídicos que caracterizaban y condenaban la articulación legal que había sostenido y permitido el genocidio de millones de personas. La culminación mas conocida de esos esfuerzos fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos que ha permitido llamar al fascismo de otra manera, reconocerlo por sus hechos y no por sus siglas o nacionalidades.
El hábito que permitió a muchos de nosotros sobrevivir intelectualmente a los mecanismos de censura y manipulación de la prensa en la dictadura franquista fue buscar la verdad en lo que nos ocultaban y no en lo que nos decían. Hoy la maquinaria de propaganda se ha sofisticado. A las manipulaciones tradicionales se han sumado las técnicas de neuromarketing y cualquier organización criminal puede contratar los servicios de quien diseñe las estrategias para lavar su imagen. El poder huye de la verdad en la misma medida en que busca la impunidad. Hay un poder fáctico que está por encima de aquellos a quienes elegimos y cuya ley no quiere la democracia.

martes, 21 de agosto de 2018

¿Quién teme al lobo feroz?


La cuna del hombre la mecen con cuentos. Con cuentos de lobos mecieron también la mía. Pero yo ya no creo en cuentos. De los lobos solo he visto el miedo inculcado. El miedo que ha inventado todos los cuentos.

Tememos al lobo como se teme a un espejo que no tiene piedad. Nosotros matamos hasta el genocidio. Sin necesidad vital. Solo por el trofeo o la diversión. El matador viste el traje de oro y grana, el público exhibe su mejor vestimenta para el arte de ahogar el mugido de la sangre a compás de pasodoble. La traición esconde el largo colmillo de la espada. Porque tenemos rituales y eufemismos. Como si el bistec poco hecho y las felicitaciones al chef dieran a la hipocresía el rango de nobleza. O pudiéramos evitar que la verdad cruce la frontera con cuchillas en las concertinas. Tenemos manadas de hombres que violan a mujeres y lo celebran en las redes sociales. Una ley para el hombre, que los libera. Y una España que reza a Queipo de Llano en la Basílica de la Macarena.

Pero me han contado un último cuento. El cuento de la despoblación rural por causa del lobo. La memoria y la inteligencia del hombre también la ofuscan con cuentos. Usando la antigua treta de repetir mil veces una mentira para convertirla en verdad. Pero solo en el altar del autoengaño.

Porque yo también me fui. Pero antes se marcharon familias enteras.

¿Por qué emigrar? ¿Huyendo acaso de la jara, del amanecer silvestre o del fantasma de un lobo? No. Solo era la búsqueda de la dignidad. Lejos. En un lugar donde fuera posible. Cada cual tuvo sus motivos. Pero se parecían. La vida era una broma pesada y nosotros los santos inocentes. El olvido y el silencio hacen su trabajo. La memoria también. Nunca me imaginé al lobo como chivo expiatorio, pero al fin y al cabo siempre lo fue.

“Este hijo mío lee demasiado. No puede ser bueno leer tanto.” Y bajando la voz, mi madre casi habla del pariente exiliado en la atmósfera irrespirable de los secretos. “Lee pero calla”. Había que ser cauteloso y no mostrar inteligencia ni cultura para no convertirse en trofeo de caza de los amos. Ni señuelo de sus rehalas. Dios está en todas partes y el señor en el cortijo.

¿Por qué volver a la tierra entonces? Añoranza del paisaje quizás. No de la servidumbre. Quizá también por la llamada de algo mas profundo. Porque somos sus deudores. Porque, como la muerte, la tierra nos iguala. Porque hasta la mentira necesita una verdad que traicionar. Porque no podemos evitar volver a ella, solo hacerlo con dignidad, solo dar significado al tiempo que permanecemos sobre este suelo.

Alguna vez estuve en lo de Queipo de Llano. Virrey de Andalucía, inspiración de violadores. Había un cierto aire de guarida en los cerrojos y las alambradas. Mi tía aplicaba el adjetivo estándar para todos los señores: campechano. Y como ovejas sin amenaza celebramos aquella navidad. La ignorancia se construía mirando para otro lado con esa voz que acaricia la sumisión y el servilismo. La supervivencia se obtenía viendo y callando.

¿Dónde estaba entonces el matador inocente? ¿el lobo legendario?.

No lo sé. Lo he visto en documentales y en algún zoológico. Y conozco los cuentos. Pero yo solo he visto al hombre lobo para el hombre. He visto el desierto que sigue a sus pasos.

Y sé que nada iguala la ferocidad del hombre cuando el crimen y la muerte se convierten en un negocio rentable.

Dadle al esclavo el sueño de ser amo y se olvidará de reclamar la libertad, dadle al pobre la esperanza de ser rico y ya no volverá a pedir justicia. Da igual que eliminéis al esclavista o derroquéis al dictador. De esa complicidad nacerán los nuevos opresores.

Quizá lo que asusta a algunos no es que el lobo no se extinga sino que se dediquen esfuerzos y dinero a la educación ambiental y que la ciencia espante a sus fantasmas. Despertar del tiempo donde lo importante era precisamente aquello de lo que no se hablaba. Saber, por ejemplo, que la agricultura y ganadería intensivas alimentan una burbuja insostenible, que la ganadería extensiva es cada vez mas intensiva y que esa intensificación procura reducir al máximo los puestos de trabajo. Es esa destrucción del medio de vida de los habitantes de los pueblos la principal causa del despoblamiento rural. Es importante que los jóvenes sepan que el futuro que destruimos es el suyo. Es el de todos.

Estamos inmersos en una crisis de alcance planetario. No hay lugar pequeño o alejado al que no alcancen las consecuencias del cambio climático, declive de recursos, contaminación o pérdida de biodiversidad. Nuestra ignorancia es hoy la ignorancia del no querer saber. Una ignorancia que se construye mirando para otro lado. La miseria moral precede a la miseria económica. Hoy creemos que solo salva la fe en los mercados y que sobre su altar hemos de sacrificar la sensatez y la dignidad. Lo que sabemos de la ganadería y la agricultura cabe en una campaña de marketing.

Está sirviendo de poco que la urgencia de todos esos problemas haya llevado incluso a una llamada a la conversión ecológica global a través de la encíclica papal “Laudato si”. La iglesia católica española sigue apegada al nacional-catolicismo, ignorante de su propia historia. Ovejas educadas en la sumisión, pastores apegados a sus ritos y su inmovilismo en tiempos de arenas movedizas. ¿Cómo hacer ver a los borregos que no es el lobo, sino el pastor, quien los devora?. No, hermano lobo. No hay lugar para Francisco de Asís en la Iglesia de Francisco Franco.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Círculos: para no morir de líneas rectas

Las líneas rectas sirven para escapar, para alejarse del origen, pero no sirven para vivir. Porque la vida nos devuelve siempre al mismo lugar: la disolución. Y de ahí se levanta, poniendo cada final en el principio de algo, para evitar el punto de fuga que lleva a lo definitivo, la linea abierta hacia ninguna parte.
La vida ama los círculos.
¿Pero adónde lleva caminar en círculos? A la creación de circuitos. Nada mas y nada menos. Los circuitos llevan a la formación del metabolismos y los metabolismos a seres vivientes.
Podemos realizar un viaje alrededor del mundo. Y regresar al mismo punto de partida. Pero algo ha cambiado en el trayecto, algo ha cambiado en los que han viajado.
El próximo viaje no será el mismo, los viajeros tampoco. Han surgido las rutas, el recuerdo emergente de una interacción, de una historia que sobrevive, como el río lo hace a las aguas que lo abandonan.
El círculo adquiere memoria, dejamos los rastros de nuestro paso y así trascendemos a nuestra propia ruta. Se puede volver al mismo lugar siguiendo mil caminos distintos, como mil viajeros pueden recorrer la misma agenda de recodos, llanuras y albergues.
La vida solo aburre a quien decide ser espectador de su propia decadencia, y se contenta con su tiempo acumulando monedas para un ego en vía cerrada a otro principio.
En la superficie del planeta todas las líneas rectas trazan un círculo. Circulan agua y nutrientes, minerales y gases. Los ciclos son como latidos, desvelan lo orgánico, la función precisa de cada proceso vital. Somos colonias de células auto-organizadas, o mejor aún, el acuerdo que las constituye. Pero, a su vez, formamos parte de otro organismo planetario. Aún así, nuestra inteligencia colectiva parece inexistente. Quizá un día percibamos la belleza de lo que destruimos.

Firmado: Camino

jueves, 16 de septiembre de 2010

Despedir a Ana



Gaia observaba las idas y venidas de Ana sin poder evitar una cierta inquietud. Ana le había prometido tres palabras para cambiar el mundo, mientras el planeta se dirigía a su destrucción sin apenas variar el rumbo. Y hacía falta mucho mas que eso, era necesario un cambio de sentido.
Finalmente preguntó.
-¿Para qué encendemos tres velas?
-Los seres humanos sentimos la necesidad de realizar rituales, de repetir nuestros actos. Usamos los símbolos y aquello que carece de razón aparente, para fijar en la memoria nuestras emociones. También en ellas existe conocimiento y también los sentimientos son materia de olvido y de memoria. Es fácil preservar y acumular ideas, podemos reunirlas en bibliotecas. Las ideas pueden dirigir el mundo, pero las emociones lo mueven. El arte no es una herencia inútil. Sin poesía, el lenguaje se acaba convirtiendo en algo inhóspito, la razón termina perdiendo el sentido.
Enciendo la primera vela por nosotras y a esa llama entrego la memoria de lo que somos.
Enciendo la segunda vela por aquello que amamos y a su llama entrego todo lo que deseamos conservar.
La tercera vela simboliza la belleza y la enciendo por todo aquello que debiera ser amado.
Si alguna de las velas se apaga, podemos devolverle la vida con la llama de las que aún se agitan. Con esa simple intención invoco fortaleza y esperanza.

Sentadas así, frente a frente, Ana tomó aquellas manos pequeñas. En el círculo formado acogían la danza de las luces.
Ana se limitó a mirar a los ojos de Gaia. No hizo falta mas discurso.
Todas las palabras se aunaron en un instante. Y ya solo hubo confluencia.
¿En que costa jugaban en la arena aquellas olas? ¿En qué miríada de gotas festejando el arco iris se elevaba? Cruzó la sangre de un albatros. Su rebaño de peces pastaba entre las algas. El ojo del huracán concentraba toda la paz del mundo. Dejó macerar su dolor en la tierra. Después encontró la raíz, siguió sus pasos, ahondó en el aire y en la savia. Antes de emerger recordó su promesa: tres palabras. Tomó la flor del almendro. Se hizo unos labios de perfume. Pudo así hablar con su nueva transparencia. Tres palabras. Entonces dijo para siempre:
"Yo soy Gaia"

jueves, 9 de septiembre de 2010

Preparando el equipaje



La atmósfera avisa de los cambios. Sentimos miedo de lo incierto.
Habían sido muchos días despidiendo entre charlas y risas las ultimas luces de la tarde frente al mar. Con la ayuda de Gaia, con su vitalidad, Ana había recobrado el deseo de seguir. Sin embargo, en sus nuevas fuerzas parecía consolidarse la rotundidad de una decisión.
-No quiero quedarme sola. -Le dijo Gaia.
Cuando dos personas se entienden a veces dejan de hablar y se miran, alientan una atmósfera de confidencias.
-Nunca lo estarás pequeña mía. Nunca me tendrás mas cerca que cuando me vaya. Hay verdades terribles en el mundo. Podemos dedicar la vida a buscar aún mas verdades. A buscar las razones de su existencia y puede que las razones de las razones de su presencia en el mundo. Tenemos el don de la curiosidad, pero también tenemos el don de la decisión y podemos decidir cambiarlas. Lo que somos es importante. Lo que podríamos llegar a ser mas importante aún. La libertad es un don perdido si no elegimos. No me he decidido por lo mas probable, tampoco por lo mas fácil, he elegido entre todas, la elección que me ha parecido mas hermosa. Tienes razón Gaia, el mundo cambia cuando decidimos dar un paso. Los que vengan detrás darán el siguiente. Así avanza la vida. Hemos hablado y hemos compartido risas y pensamientos con un tiempo prestado. Hay otro tiempo, el que corresponde a todo ser humano, el tiempo para la vida, el tiempo para amar, para darse en los hijos. No puedo darte mi tiempo para que crezcas porque me fue arrebatado. Te daré sin embargo el derecho a la existencia, el derecho a la vida, porque al menos eso aún me pertenece. Es muy poco lo sé, solo tres palabras para cambiar el mundo. Preparemos el momento.

sábado, 31 de julio de 2010

Cambiar el mundo es inevitable


Mirar a Gaia, oír aquellas palabras venerables salir de un cuerpo infantil, dejaba el aire atrapado de una extraña conmoción, como si el futuro extendiera su mano hasta el presente en un acto de urgencia y alarma.
-Sabes Gaia, ahora que mis ánimos decaían has conseguido atraerme de nuevo a la vida. Quería protegerte y tú has sido mi coraza. Temía que la ingenuidad de tus años, te llevara al desencanto de las decepciones, y sin embargo he visto en ti el empuje irresistible de la vida.
-No extrañes nada. Me he hecho adulta cuando tu has necesitado ser niña, cuando se te acabaron las palabras. Por eso te cedí por un tiempo mi lugar en la infancia. Pero quiero ser niña para poder crecer siempre. Como he crecido contigo, con tus lecciones de equilibrio y pintura, con tus columnas de afecto y lucidez.
He nacido de tu memoria, del tiempo prestado para reparar el olvido. Solo has recogido tu esencia reflejada. A veces Ana, lo que nos da fuerzas no es lo que tenemos, sino lo que hemos perdido, nos impulsa lo que añoramos.
Puede parecer ingenuidad pero creo que las palabras nunca fueron tan importantes. La victoria es una ilusión, la derrota también, el tiempo no se detiene a celebrar ni a lamentarse, la vida avanza mientras se diluye por su sombra. El futuro no está escrito, no lo forjan los profetas, sino quienes luchan por la vida.

jueves, 10 de junio de 2010

Hablando con Gaia (Empeñada en cambiar el mundo)


El Pinto: "El problema de la verdad es que no tiene remedio, puede parecer que la mentira repetida convence, pero nada más triste para uno que vivir con el engaño".

Gaia: Es cierto, la mentira repetida convence. Si la repetición da resultado con la mentira ¿por qué no habría de hacerlo con la verdad?. ¿Qué podría ocurrir si dedicamos cierto esfuerzo en repetir la verdad, en no acomodarnos, en no dejar que se olvide? La verdad es un ser vivo, necesita replicarse. Puede morir y puede extinguirse. Y puede colonizar el mundo como un perfume.
Probemos con una verdad muy sencilla: "Todos los seres humanos son seres humanos" Hagamos que la repita quién toma el puñal, quien manda un ejército, que la grite quién pide justicia. Tendremos que escribirla en los misiles, pronunciarla en los mercados, acudamos con ella al conflicto. Que en ninguna bandera falte esa pequeña verdad "Todos los seres humanos son seres humanos". Y que todos los soldados la repitan antes de llamar enemigo al enemigo y después de llamar enemigo al enemigo. Que no falte en ninguna constitución, en ningún discurso, en ninguna llamada a la lucha. "Todos los seres humanos son seres humanos" Que tropiece con esa verdad quien prepara utensilios de tortura, quien trama en la sombra el dolor de las nuevas desgracias.
Y antes de cambiar de canal, por la antiestética imagen de la infancia doblegada en la miseria. Incómodos y molestos, sin saber qué podríamos hacer, repetir al menos, "todos los seres humanos son seres humanos" Dejar simplemente que pequeñas verdades nos conmuevan y nos impulsen. Y hacer algo insignificante, ¡pero hacer algo!. Y sentir una leve brisa de murmullos crecer y llevarse, un soplo de la tristeza que otras mentiras nos dejaron.
La indolencia puede ser mas letal que el crimen. Repitamos la verdad, multipliquemos la belleza, dignifiquemos nuestros días con esa vieja estrategia de la vida.

martes, 8 de junio de 2010

Cambiar el mundo


-Ahora que piensas que no hay nada que hacer, que crees dolorosamente en la derrota, es la hora de aceptar que en realidad no hay victoria, nunca la hay. Ni siquiera para aquellos que se abanderan con tu humillación. Solo existe la lucha. No estamos aquí para vencer, para derrotar a otros, estamos para encontrar el camino a la simbiosis, para dar forma a algo que merezca ser amado. La mentira no ha vencido, porque la verdad no puede destruirse. Los poderosos la esconden porque saben que puede acabar con su dominio, los científicos la buscan porque solo en ella se atreven a confiar. Los jueces han dicho que las víctimas no cuentan, que son un estorbo en nuestra memoria, pero se apresuran a sepultarlas en el olvido. Condenan a quien se atreva a mirar en su dirección, temerosos y torpes en sus formas.
-¿Pero que somos nosotras, Gaia? ¡No somos nada!
-Tienes razón Ana. Somos apenas la sombra de una sombra, en la niebla que sueña el aleteo de una mariposa. Pero el ser humano necesita la belleza para poder vivir. Necesita soñar para que la realidad no le enloquezca. Las verdades no se pueden destruir. Nosotros somos ficción. Pero una ficción que confiesa su naturaleza, puede abrir la puertas de otra realidad, una mentira que se confiesa mentira, ha de colocarse en el lugar reservado a las mas hermosas verdades. La honradez es importante. No somos nada. Por eso nada puede destruirnos. ¡Alcemos pues nuestra insignificancia!
Una sonrisa apareció por fin en el rostro de Ana.
-Bueno, señorita Gaia ¿y qué planes tiene usted?
-Cambiar el mundo, por supuesto.
-¡Tremenda chiquilla! Creo que se nos ha ido la mano con la filosofía.
-¡Pues yo no estoy dispuesta a luchar por menos!- Y alzó su bracito con ese aplomo, con que los niños nos descubren acomodados en nuestras propias derrotas.
Ocurrió entonces. Una desalmada, salió de su cobijo, y purificó todo con la campana de la risa.

domingo, 30 de mayo de 2010

Todos los seres humanos son seres humanos


-Es la primera vez en todo el mundo que un magistrado, en democracia, es privado de su cargo y sometido a juicio por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales.
Estoy muy triste, Gaia. Veo acercarse la tragedia. En estos días ocurre, que me cuesta encontrar la belleza. Los motivos por los que el mundo merece ser amado se me escapan. Las sombras de los asesinos portan ahora las togas y exhiben la impunidad como un trofeo.

El silencio se alargó entre ellas durante un tiempo. Ana sentía su dolor multiplicarse, la infamia florecer en las cunetas.

-Todos debemos despedir la vida algún día, pero ¿como decir adiós a la dignidad? Los jueces han cumplido su juramento de lealtad a la antigua bestia.
¿En qué lugar se detendrá la muerte si la justicia no puede ser invocada? Un nuevo ciclo de destrucción se cierne sobre la ingenuidad de los nuevos proscritos. Al principio, todas las víctimas piensan que ser inocente basta para no ser atacadas. Al principio, todas las víctimas esperan que la justicia las defienda.
Todos los seres humanos son seres humanos. Cuando esa verdad se traiciona en los tribunales, nunca hay suficientes columnas, suficientes estatuas o suficientes alfombras, para reparar el alma de la justicia.

sábado, 15 de mayo de 2010

Huyendo del Cielo




- Dime Ana ¿qué sabes de Dios?
- No sabría decirte en cuantas mentes existe Dios, ni cuantos seres humanos necesitan proyectar su ego en otra vida para dar sentido a su existencia. Ansiamos repetir lo que somos, y no lo vemos a nuestro lado replicado por millones en todas la formas. Debemos hacer grande nuestro corazón para que quepa en él un atisbo de tanta belleza.
En las mentes donde vive Dios, esta vida solo es un trámite y los ríos, los mares y la vida están destinados al Apocalipsis. En su paraíso, la desobediencia es el peor de los delitos. Dios exige la sumisión y abomina de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En este país, el fascismo puso a su disposición millones de niños para ser alienados. Y la Iglesia bendijo los crímenes y alentó los escuadrones.
Con un infierno donde se tortura sin medida, con condenas a perpetuidad por desobediencia y con juicios sumarísimos sin garantías, no creo que ningún tirano pueda hacerle sombra. En el Reino de los Cielos, solo pueden entonarse alabanzas al Señor. No hay libertad de expresión.
Solo espero que Dios tenga al menos algo de palabra, respete la libertad que me concedió y me permita amar la vida, amar a mis semejantes y morir sin Cielo. Si algún premio merezco, que quede para los que vivan después, en este mundo.

domingo, 18 de abril de 2010

La Muerte y la Memoria


-Entonces ¿la muerte?
Los ojos de Gaia mostraban un deseo de conocer puro y valiente. Ana sabía que no podría evitarle el dolor de la vida, pero al menos podía orientar su razón, dotar de timón a su velero y revelarle las estelas de su propia travesía.
-Nuestra vida es un gran Acuerdo entre otras muchas vidas, la simbiosis de una multitud. Nuestras células son tan pequeñas que solo podemos percibir sus aglomerados, sus tareas y sus impulsos. Nos permiten movernos o pensar, pero todas y cada una guardan la memoria de lo que somos. De la misma manera, los seres humanos formamos parte de un Acuerdo mucho mayor. A la escala del planeta somos seres tan pequeños e indistinguibles como células. Vivimos y morimos dando vida a una entidad que nos desborda, inconcebiblemente hermosa.
-¿Quieres decir que en realidad no somos importantes? ¿Que nuestra vida apenas cuenta?
-Gaia, quiero decir que la muerte es la disolución del ego, sobrevivimos en la vida y la memoria. Cuando vivimos, cuando pasamos por el mundo, tenemos el don de la decisión y el futuro depende de nuestros actos. Aquello que conseguimos cambiar o mejorar da sentido al mundo, cambia el lugar de donde partiremos mañana. Lo que hacemos nos envuelve, se convierte en el territorio sobre el que, en nosotros y en los demás, se fundará una nueva memoria.
-Entiendo -dijo Gaia- por eso es tan importante luchar contra la mentira.
-Sí -dijo Ana- Los pasos que no se dan hacia adelante se dan hacia atrás. Sobre la memoria ocultada, los parásitos siembran su nueva cosecha de poder y destrucción. Las verdades que no se desvelan, se venderán como mentiras despreciables en los mercados de la justicia y las causas justas se comprarán como delito. Las víctimas seremos entonces, tratadas como delincuentes, juzgada la magnitud de nuestra culpa, por la crueldad y el dolor con que fuimos violentadas.
-¿Tendrán un final los ciclos de tanto dolor y tanta desolación? -Preguntó Gaia entristecida.
-Cuando entendamos que la única salida es la simbiosis, la equidad en nuestra relación con otros seres humanos y la Naturaleza, terminará la era de los parásitos, la prevalencia de los egoístas. Puede que entonces los seres humanos nos convirtamos en las neuronas de un planeta, en la génesis de su inteligencia.

domingo, 3 de enero de 2010

El legado de Ana


-Llevo aquí mucho tiempo José, el suficiente para saber que hay transgresiones de la realidad que consiguen cambiarla. Los recuerdos de Almería, las canciones en la plaza de San Pedro, el horno que colmaba mi vocación alfarera o los besos junto al mar. Todo son metáforas de lo que no es silencio, de lo que es simplemente huella, porque aún perdura. La mayor parte de lo que somos está fuera de nosotros, forma parte de los demás. Todo está conectado, la belleza que creamos fuera de nosotros, crece dentro de nosotros, nos cambia. Esa es la naturaleza de lo hermoso, eso es lo hermoso de la Naturaleza. Un ser humano puede transmutar en algo tan sutil como la inspiración para escribir un poema o quizá la entrada de un blog.
La realidad está hecha de una sustancia equívoca. A veces, el recuerdo se adelgaza tanto que se confunde con el olvido, pero el dolor lo perfila todo. Lamento que tuvieras que enterarte por los periódicos, lamento el dolor causado a todos los que me quieren bien. Pero llega un tiempo de grandes metamorfosis, en nuestras manos está elegir aquello que ha de sobrevivirnos. La mota de mi alma que perdura en ti, José, ha elegido acompañarte y valerse de tus pies para seguir en el camino. Solo si tú me lo permites. Por eso he traído conmigo a Gaia, para que en ella crezca y se diluya lo mejor de lo que fuimos, lo mejor de lo que aún somos.

José había llevado largamente el peso de una sombra: la impotencia de no haber podido hacer nada, el extraño dolor de conocer a destiempo las noticias y el oculto rencor contra todo lo que se había revelado insensible y cómplice. Las palabras de Ana dibujaban ahora el futuro bajo el signo de un nuevo horizonte: la educación de Gaia y el recorrido por lo ignorado a través de sus preguntas.

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