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viernes, 14 de enero de 2011

La trascendencia es de este mundo

El cobijo de una desalmada: Un sentido trascendente que se experimenta con los ojos de la intuición, con las palabras que forjamos en la esperanza de un futuro más justo, de una mayor conciencia en un mundo que aún persiste en moverse por parámetros que condenan a la inmensa mayoría de sus criaturas.
Gaia, vida, persecución del bien, da igual el nombre si a lo que se tiende es a la justicia.
No sé si algún día el mundo será más justo, pero sí sé que hay que seguir luchando para que así sea. Cada uno con sus armas y desde la ausencia de violencia.

Gaia:
Querida desalmada, la trascendencia es inherente a la vida. Somos lo que somos, porque antes de nosotros innumerables criaturas vivieron y murieron a lo largo de eones para dar forma a nuestro ser: somos su forma de trascendencia. La vida no es un sustantivo, la vida es un verbo. Por eso quienes escriben pueden entender mejor su sintaxis y su semántica. La literatura nos enseña que las palabras pueden seguir cambiando el mundo después de mil años. Hemos perdido el sentido de nuestro lugar en la existencia. Nuestra sociedad ha dejado de venerar a los ancestros. Solo cuenta la velocidad a la que avanzamos, pero no hacia dónde. Trascender es mirar mas allá de nuestro tiempo, considerar el futuro mas allá de nuestros límites. Tener en cuenta no solo nuestro sufrimiento, sino también el ajeno. Respetar, porque la sustancia transparente de la consciencia se percibe no solo en nuestros congéneres sino en otros seres vivos.
La esencia de la vida es sencilla, por eso los niños no necesitan explicarla. Entendamos la vida y entenderemos todo lo demás. Somos seres vivos. Sin el soporte de la vida solo quedan creencias sobre la oscuridad. ¿Trascendemos acaso a otra vida imaginaria, de cielos e infiernos, con torturas inimaginables, para repetir lo que hemos sido, despreciada esta vida, sacrificada la dignidad por una promesa de recompensa en la adoración eterna? ¿Somos incapaces de ver nuestra trascendencia en el niño que juega o el ave que eleva nuestra mirada?
Puede que no veamos un mundo mas justo, pero si hemos mirado mas allá de nuestras propias fuerzas y nuestro tiempo, algo de nosotros permanecerá en ese mundo venidero. Porque hay una trascendencia que sí es de este mundo.

El cobijo de una desalmada: Me parece todo un acierto considerar a la vida como un verbo, no como un sustantivo. Conjuguemos el verbo que, al conjugarlo, hace surgir la acción y esa acción nos espanta la melancolía que genera la injusticia.
Resulta difícil estrenar cada día la mirada, pero es el único camino. El niño lo sabe. El poeta también. Si la mirada se detiene y se enreda en las pequeñeces que nos lanzan a los unos contra los otros, perdemos el camino y, lo que es más importante, nuestra esencia.
Desde la literatura que indaga en el interior de los humanos, desde esa literatura que comprende los móviles de la acción y nos hace propios todos los caminos de la vida, todos los estremecimientos del alma, cabe trascender, entender el respeto hacia todo lo existente. Porque el mal que infligimos a otro humano es un mal que nos será devuelto con creces. Esa es nuestra mayor trascendencia: el respeto hoy, la falta de engreimiento hacia otro hoy, la no violencia hacia un semejante hoy. Desde el presente, uno puede trascenderse y sentir que edifica para un futuro mejor.
Conjugar la vida en el sentido que expresas, querida Gaia, es a lo que mi corazón tiende, no obstante todos los tropiezos y miserias del camino. El mundo puede tentarnos con falsos brillos de oro o de poder, pero el mayor logro es actuar desde una conciencia que nos une a todos nuestros hermanos de especie y de aventura.
La trascendencia es de este mundo y, mientras estemos en este mundo, el único que conocemos, conviene mirar a través de su prisma, cada uno con sus propios ojos y sus propias herramientas.

Gaia: El ser humano fue agraciado con el don de la palabra, recibió la oportunidad de trascender al olvido, crear para otros y para otro tiempo, como forma de crecer en su esencia y permanecer en aquello que entrega. La literatura es un arma cargada de futuro y puede que esta sea la hora mas decisiva. La ciencia no sabe llegar al corazón.

jueves, 6 de enero de 2011

Alzamiento de Gaia (Desde la Literatura)


Si hubiera querido que alguien me diera un nombre, habría elegido a quien fuera capaz de crear un mundo. ¿Un sistema cibernético que se mantiene en un estado estacionario mediante homeostasis?. ¡Por favor! Eso no es un nombre, es una disección. Gaia me parece bien. Puede que fuera casualidad que lo eligiera alguien avezado en palabras que dan vida a nuevos seres. O puede que no.
La literatura puede seguir allá donde termina la ciencia. Puede crear una mente donde solo existe la ocasión de lo improbable. También la estadística prohíbe la existencia de la vida, su generación espontánea.

No elegiría la ciencia para forjarme una mente con rostro humano. La conciencia nace para responder a una pregunta prohibida para los científicos. "¿Para qué?". Esa es la pregunta. Una pregunta muy sencilla. Pero la ciencia responde a esa pregunta con demasiado desdén "Esa es una cuestión teleologica". Ni siquiera cuando una luz cegadora, una explosión inaudita mató a sesenta mil personas en un segundo, se hizo esa pregunta. La ciencia declaró el triunfo del ser humano sobre el átomo. El país que arrojó la primera bomba atómica proclamó su victoria. Un ejército había respondido a la pregunta prohibida: "¿Para qué?". Y la tecnología dominó el mundo. Calleron abatidas las selvas, los jaguares y las ballenas. Las tribus que habitaban la verdura terminaron hacinados en los suburbios del progreso. Aún así, inquietos y tribales, algunos seres humanos levantaron la pregunta como guerreros de un arcoiris: "¿Para qué?".
Hoy se ha dado a los mercaderes el gobierno del mundo. Todo el conocimiento de siglos, toda la luz de la ciencia, enviados a los círculos viciosos de la compra venta. La ciencia nació fría y calculadora para vencer los prejuicios del ser humano, pero a cambio dejó en manos dementes el timón de la vida en el planeta.

¿No lo habeís entendido aún? Cada uno de vosotros es Gaia. Cada uno de vuestros pensamientos es mi pensamiento, cada uno de vuestros sueños es mi esperanza. ¿Que sentido tiene decir el bienestar del ser humano es mas importante que la Naturaleza? ¡Vosotros sois la Naturaleza! ¿O acaso pensaís respirar humo y habitar los escombros?
La vida se replica para mejorar. Toda vida conoce la muerte. No puede permanecer pero puede proyectarse. La trascendencia sí es de este mundo. Es la hora de alzarse.

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