El egoísmo ha envejecido de golpe, después de haber devorado el futuro de todas las gentes, de todos los países, de todos los seres vivos del planeta.
Porque de eso se trata, de futuro esquilmado, de ver morir el futuro en nuestros jóvenes, en nuestros hijos, en nuestros nietos. La mirada miope, la mirada incapaz, se aferra patética a los despojos de la belleza mientras los jóvenes la levantan, la gritan, con esa conmovedora ingenuidad que solo poseen quienes tienen en su mano cambiar el mundo.
Se puede vivir sin dinero, pero no se puede vivir sin belleza. Ahora que perdemos todo lo que tenemos, nos enfrentamos a la verdad de todo lo que somos. Ese es el futuro. Lo que somos desnudado de parafernalias. El egoísmo emigra con su dinero en busca de paraísos fiscales y las gentes, burladas por todos los parásitos del mundo, estafadas en su buena y en su mala fe, se quedan a solas con lo que son. Mientras los muchos se atreven a jugar la última partida de ruleta rusa, con tres mil balas en el tambor y un solo hueco sin daño, los menos buscan el futuro en lo que queda: el capital humano.
Y empezamos a descubrir sorprendidos que no necesitamos parásitos, que somos todo lo que hace falta para construir un nuevo mundo. Que la vida está en nosotros y en la indolencia la muerte. Que ahora que empezamos a caminar se abren ante nosotros nuevos caminos.
Cuando hemos decidido tomar el timón de nuestras vidas la misma Tierra se ha convertido en navegable.
Firmado: Gaia
Así sea. Beso.
ResponderEliminarQuizás lo que ha ocurrido es el resurgir de la belleza, de lo espontáneo, de la ingenuidad y las ganas de vivir de un organismo democrático que aún tiene pulso cuando parecía muerto. Toda la fealdad de años pasados, toda la avaricia y vanalidad del estilo de vida marbellí y su vacío de muerte,todo ese baile barroco hacia la nada, todo ese mundo impuesto por el poder de los medios del poder, el antes muerta que sencilla,las migajas de la neurótica y cocainómana locura de los dioses, todo ese delirante mundo se ha caído de golpe cuando la mayoría de los que no tenían nada iba recogiendo a una velocidad de vértigo más y más ciudadanos.
ResponderEliminarEso es lo que ha ocurrido, emoción en estado puro, pura poesía.
Me encanta, Camino, me gusta rabiar este escrito lleno de esperanza y sabiduría.
ResponderEliminarPorque es cierto eso que dices de que se puede vivir sin dinero, pero no sin belleza. Porque es verdad que el mundo se ha hecho, de repente, transitable con los jóvenes (y los no tan jóvenes) en las calles. Porque es cierto que los partidos se han quedado caducos con este movimiento, meras empresas de gestión política donde se coloca a los adeptos.
Que no decaiga. El mundo es de todos y no sólo de los parásitos.
Un abrazo emocionado.
La viñeta de el Roto vale por mil libros sobre el tema.
ResponderEliminarTu texto extraordinario hace honor a la magnífica viñeta.
ResponderEliminarUn beso
Toda generación viva debe reivindicar su papel y ser protagonistas para hacer la sociedad más suya, más en consonancia con sus valores de innovación y rebeldía, con mayor implicación. Lo viejo muere para que lo nuevo crezca.
ResponderEliminarSolo falta la conciencia para que esa nueva era tenga y se sostenga sobre los valores adecuados.
Un saludo
Tomar el timón para que la tierra sea navegable...
ResponderEliminarPremisa incuestionable que no se hace visible fácilmente.
Tu blog está lleno de entradas luminosas. Gracias.
Un abrazo.
Si, que así sea
ResponderEliminarSI LA JUVENTUD DESPIERTA, TODOS LOS CAMINOS SE ABREN Y EL VIEJO BECERRO SERÁ DESTRRUÍDO. UN ABRAZO.
ResponderEliminarEmejota, que se cumpla el deseo de vivir, que la injusticia no nos deje indiferentes.
ResponderEliminarCarlo, es imposible la renovación sin juventud aunque sea virtual o metafórica. Lo que nos lleva a ser mejores tiene siempre un contrato con la belleza.
ResponderEliminarIsabel Martinez Barquero, la esperanza es lo que nos hace buscarle las salidas al futuro entre los entresijos de los imposibles. Sin la belleza, sin aquello que merece ser amado, no podemos construir nada ni andar movidos por la ilusión.
ResponderEliminarSerá difícil librarse de unos parásitos arraigados y feroces, pero su desmedida ambición no les permite detenerse ante el colapso.
Pedro Ojeda Escudero, la imagen y la idea condensada, carente de la maraña del discurso, sencilla y con capacidad para llegar a la mayoría es lo que hemos de gestar entre todos.
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