domingo, 3 de enero de 2010
El legado de Ana
-Llevo aquí mucho tiempo José, el suficiente para saber que hay transgresiones de la realidad que consiguen cambiarla. Los recuerdos de Almería, las canciones en la plaza de San Pedro, el horno que colmaba mi vocación alfarera o los besos junto al mar. Todo son metáforas de lo que no es silencio, de lo que es simplemente huella, porque aún perdura. La mayor parte de lo que somos está fuera de nosotros, forma parte de los demás. Todo está conectado, la belleza que creamos fuera de nosotros, crece dentro de nosotros, nos cambia. Esa es la naturaleza de lo hermoso, eso es lo hermoso de la Naturaleza. Un ser humano puede transmutar en algo tan sutil como la inspiración para escribir un poema o quizá la entrada de un blog.
La realidad está hecha de una sustancia equívoca. A veces, el recuerdo se adelgaza tanto que se confunde con el olvido, pero el dolor lo perfila todo. Lamento que tuvieras que enterarte por los periódicos, lamento el dolor causado a todos los que me quieren bien. Pero llega un tiempo de grandes metamorfosis, en nuestras manos está elegir aquello que ha de sobrevivirnos. La mota de mi alma que perdura en ti, José, ha elegido acompañarte y valerse de tus pies para seguir en el camino. Solo si tú me lo permites. Por eso he traído conmigo a Gaia, para que en ella crezca y se diluya lo mejor de lo que fuimos, lo mejor de lo que aún somos.
José había llevado largamente el peso de una sombra: la impotencia de no haber podido hacer nada, el extraño dolor de conocer a destiempo las noticias y el oculto rencor contra todo lo que se había revelado insensible y cómplice. Las palabras de Ana dibujaban ahora el futuro bajo el signo de un nuevo horizonte: la educación de Gaia y el recorrido por lo ignorado a través de sus preguntas.
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Hola, con tu permiso voy a empezar a seguir tus escritos. Me gusta su intensidad, tengo interés por ver a dónde llevan. Gracias por visitar mi blog, un abrazo desde Córdoba, Yaiza Martínez
ResponderEliminarHola Yaiza, me alegran tu visita y tus palabras. Cuando casualmente tropecé con el blog de "las mujeres solubles" encontré la inusual lucidez de una poesía con una gran belleza semántica. Ciencia y poesía han sido consideradas antagónicas por ambos bandos en muchas ocasiones y, cuando menos sorprende, sentirlas aunadas en un manantial que no puede ser otra cosa, sino fuente de inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo, también desde Córdoba.
..que extraños actos de cobardía en unos seres que somos de luz.
ResponderEliminarun beso
Hola tula, hay un alma mas allá de la piel y de los epitafios, es lo que queda después de disolvernos.
ResponderEliminarNo se si es vida, huella o recuerdo lo que permanece.
Hoy solo quiero verlo crecer.
hola me ha fascinado tu escrito, por esa fuerza que emana,gracias
ResponderEliminarMuchas Gracias
ResponderEliminarTu blog me ha parecido entrañable
"La realidad está hecha de una sustancia equívoca". Qué cierto.
ResponderEliminarSon las palabras de alguien
ResponderEliminarque tuvo su realidad "inequívoca"
pero que ahora emerge con fuerza
en la realidad íntima
de los que aún la aman.