sábado, 31 de julio de 2010

Cambiar el mundo es inevitable


Mirar a Gaia, oír aquellas palabras venerables salir de un cuerpo infantil, dejaba el aire atrapado de una extraña conmoción, como si el futuro extendiera su mano hasta el presente en un acto de urgencia y alarma.
-Sabes Gaia, ahora que mis ánimos decaían has conseguido atraerme de nuevo a la vida. Quería protegerte y tú has sido mi coraza. Temía que la ingenuidad de tus años, te llevara al desencanto de las decepciones, y sin embargo he visto en ti el empuje irresistible de la vida.
-No extrañes nada. Me he hecho adulta cuando tu has necesitado ser niña, cuando se te acabaron las palabras. Por eso te cedí por un tiempo mi lugar en la infancia. Pero quiero ser niña para poder crecer siempre. Como he crecido contigo, con tus lecciones de equilibrio y pintura, con tus columnas de afecto y lucidez.
He nacido de tu memoria, del tiempo prestado para reparar el olvido. Solo has recogido tu esencia reflejada. A veces Ana, lo que nos da fuerzas no es lo que tenemos, sino lo que hemos perdido, nos impulsa lo que añoramos.
Puede parecer ingenuidad pero creo que las palabras nunca fueron tan importantes. La victoria es una ilusión, la derrota también, el tiempo no se detiene a celebrar ni a lamentarse, la vida avanza mientras se diluye por su sombra. El futuro no está escrito, no lo forjan los profetas, sino quienes luchan por la vida.

jueves, 10 de junio de 2010

Hablando con Gaia (Empeñada en cambiar el mundo)


El Pinto: "El problema de la verdad es que no tiene remedio, puede parecer que la mentira repetida convence, pero nada más triste para uno que vivir con el engaño".

Gaia: Es cierto, la mentira repetida convence. Si la repetición da resultado con la mentira ¿por qué no habría de hacerlo con la verdad?. ¿Qué podría ocurrir si dedicamos cierto esfuerzo en repetir la verdad, en no acomodarnos, en no dejar que se olvide? La verdad es un ser vivo, necesita replicarse. Puede morir y puede extinguirse. Y puede colonizar el mundo como un perfume.
Probemos con una verdad muy sencilla: "Todos los seres humanos son seres humanos" Hagamos que la repita quién toma el puñal, quien manda un ejército, que la grite quién pide justicia. Tendremos que escribirla en los misiles, pronunciarla en los mercados, acudamos con ella al conflicto. Que en ninguna bandera falte esa pequeña verdad "Todos los seres humanos son seres humanos". Y que todos los soldados la repitan antes de llamar enemigo al enemigo y después de llamar enemigo al enemigo. Que no falte en ninguna constitución, en ningún discurso, en ninguna llamada a la lucha. "Todos los seres humanos son seres humanos" Que tropiece con esa verdad quien prepara utensilios de tortura, quien trama en la sombra el dolor de las nuevas desgracias.
Y antes de cambiar de canal, por la antiestética imagen de la infancia doblegada en la miseria. Incómodos y molestos, sin saber qué podríamos hacer, repetir al menos, "todos los seres humanos son seres humanos" Dejar simplemente que pequeñas verdades nos conmuevan y nos impulsen. Y hacer algo insignificante, ¡pero hacer algo!. Y sentir una leve brisa de murmullos crecer y llevarse, un soplo de la tristeza que otras mentiras nos dejaron.
La indolencia puede ser mas letal que el crimen. Repitamos la verdad, multipliquemos la belleza, dignifiquemos nuestros días con esa vieja estrategia de la vida.

martes, 8 de junio de 2010

Cambiar el mundo


-Ahora que piensas que no hay nada que hacer, que crees dolorosamente en la derrota, es la hora de aceptar que en realidad no hay victoria, nunca la hay. Ni siquiera para aquellos que se abanderan con tu humillación. Solo existe la lucha. No estamos aquí para vencer, para derrotar a otros, estamos para encontrar el camino a la simbiosis, para dar forma a algo que merezca ser amado. La mentira no ha vencido, porque la verdad no puede destruirse. Los poderosos la esconden porque saben que puede acabar con su dominio, los científicos la buscan porque solo en ella se atreven a confiar. Los jueces han dicho que las víctimas no cuentan, que son un estorbo en nuestra memoria, pero se apresuran a sepultarlas en el olvido. Condenan a quien se atreva a mirar en su dirección, temerosos y torpes en sus formas.
-¿Pero que somos nosotras, Gaia? ¡No somos nada!
-Tienes razón Ana. Somos apenas la sombra de una sombra, en la niebla que sueña el aleteo de una mariposa. Pero el ser humano necesita la belleza para poder vivir. Necesita soñar para que la realidad no le enloquezca. Las verdades no se pueden destruir. Nosotros somos ficción. Pero una ficción que confiesa su naturaleza, puede abrir la puertas de otra realidad, una mentira que se confiesa mentira, ha de colocarse en el lugar reservado a las mas hermosas verdades. La honradez es importante. No somos nada. Por eso nada puede destruirnos. ¡Alcemos pues nuestra insignificancia!
Una sonrisa apareció por fin en el rostro de Ana.
-Bueno, señorita Gaia ¿y qué planes tiene usted?
-Cambiar el mundo, por supuesto.
-¡Tremenda chiquilla! Creo que se nos ha ido la mano con la filosofía.
-¡Pues yo no estoy dispuesta a luchar por menos!- Y alzó su bracito con ese aplomo, con que los niños nos descubren acomodados en nuestras propias derrotas.
Ocurrió entonces. Una desalmada, salió de su cobijo, y purificó todo con la campana de la risa.

domingo, 30 de mayo de 2010

Todos los seres humanos son seres humanos


-Es la primera vez en todo el mundo que un magistrado, en democracia, es privado de su cargo y sometido a juicio por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales.
Estoy muy triste, Gaia. Veo acercarse la tragedia. En estos días ocurre, que me cuesta encontrar la belleza. Los motivos por los que el mundo merece ser amado se me escapan. Las sombras de los asesinos portan ahora las togas y exhiben la impunidad como un trofeo.

El silencio se alargó entre ellas durante un tiempo. Ana sentía su dolor multiplicarse, la infamia florecer en las cunetas.

-Todos debemos despedir la vida algún día, pero ¿como decir adiós a la dignidad? Los jueces han cumplido su juramento de lealtad a la antigua bestia.
¿En qué lugar se detendrá la muerte si la justicia no puede ser invocada? Un nuevo ciclo de destrucción se cierne sobre la ingenuidad de los nuevos proscritos. Al principio, todas las víctimas piensan que ser inocente basta para no ser atacadas. Al principio, todas las víctimas esperan que la justicia las defienda.
Todos los seres humanos son seres humanos. Cuando esa verdad se traiciona en los tribunales, nunca hay suficientes columnas, suficientes estatuas o suficientes alfombras, para reparar el alma de la justicia.

sábado, 15 de mayo de 2010

Huyendo del Cielo




- Dime Ana ¿qué sabes de Dios?
- No sabría decirte en cuantas mentes existe Dios, ni cuantos seres humanos necesitan proyectar su ego en otra vida para dar sentido a su existencia. Ansiamos repetir lo que somos, y no lo vemos a nuestro lado replicado por millones en todas la formas. Debemos hacer grande nuestro corazón para que quepa en él un atisbo de tanta belleza.
En las mentes donde vive Dios, esta vida solo es un trámite y los ríos, los mares y la vida están destinados al Apocalipsis. En su paraíso, la desobediencia es el peor de los delitos. Dios exige la sumisión y abomina de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En este país, el fascismo puso a su disposición millones de niños para ser alienados. Y la Iglesia bendijo los crímenes y alentó los escuadrones.
Con un infierno donde se tortura sin medida, con condenas a perpetuidad por desobediencia y con juicios sumarísimos sin garantías, no creo que ningún tirano pueda hacerle sombra. En el Reino de los Cielos, solo pueden entonarse alabanzas al Señor. No hay libertad de expresión.
Solo espero que Dios tenga al menos algo de palabra, respete la libertad que me concedió y me permita amar la vida, amar a mis semejantes y morir sin Cielo. Si algún premio merezco, que quede para los que vivan después, en este mundo.

domingo, 18 de abril de 2010

La Muerte y la Memoria


-Entonces ¿la muerte?
Los ojos de Gaia mostraban un deseo de conocer puro y valiente. Ana sabía que no podría evitarle el dolor de la vida, pero al menos podía orientar su razón, dotar de timón a su velero y revelarle las estelas de su propia travesía.
-Nuestra vida es un gran Acuerdo entre otras muchas vidas, la simbiosis de una multitud. Nuestras células son tan pequeñas que solo podemos percibir sus aglomerados, sus tareas y sus impulsos. Nos permiten movernos o pensar, pero todas y cada una guardan la memoria de lo que somos. De la misma manera, los seres humanos formamos parte de un Acuerdo mucho mayor. A la escala del planeta somos seres tan pequeños e indistinguibles como células. Vivimos y morimos dando vida a una entidad que nos desborda, inconcebiblemente hermosa.
-¿Quieres decir que en realidad no somos importantes? ¿Que nuestra vida apenas cuenta?
-Gaia, quiero decir que la muerte es la disolución del ego, sobrevivimos en la vida y la memoria. Cuando vivimos, cuando pasamos por el mundo, tenemos el don de la decisión y el futuro depende de nuestros actos. Aquello que conseguimos cambiar o mejorar da sentido al mundo, cambia el lugar de donde partiremos mañana. Lo que hacemos nos envuelve, se convierte en el territorio sobre el que, en nosotros y en los demás, se fundará una nueva memoria.
-Entiendo -dijo Gaia- por eso es tan importante luchar contra la mentira.
-Sí -dijo Ana- Los pasos que no se dan hacia adelante se dan hacia atrás. Sobre la memoria ocultada, los parásitos siembran su nueva cosecha de poder y destrucción. Las verdades que no se desvelan, se venderán como mentiras despreciables en los mercados de la justicia y las causas justas se comprarán como delito. Las víctimas seremos entonces, tratadas como delincuentes, juzgada la magnitud de nuestra culpa, por la crueldad y el dolor con que fuimos violentadas.
-¿Tendrán un final los ciclos de tanto dolor y tanta desolación? -Preguntó Gaia entristecida.
-Cuando entendamos que la única salida es la simbiosis, la equidad en nuestra relación con otros seres humanos y la Naturaleza, terminará la era de los parásitos, la prevalencia de los egoístas. Puede que entonces los seres humanos nos convirtamos en las neuronas de un planeta, en la génesis de su inteligencia.

jueves, 18 de marzo de 2010

Equilibrio es desequilibrio (Y viceversa)




-Al mar lo hacen inmenso la escueta longitud de nuestros pasos. La lejanía convierte a las estrellas en apenas puntos de luz. La evidencia, cuando lo ocupa todo, se vuelve invisible. Nuestras vidas transcurren en un instante de eternidad. Dejamos nuestras huellas en una mota de polvo. Sin embargo, para los seres vivos que forman parte de nosotros, somos inabarcables e inconcebibles, quizás ignoren incluso, que sin ellos no somos nada.
Gaia, verás equilibrio en la turbulencia, paz en la tempestad, armonía en la disonancia... Elige la escala y encontrarás la medida de tu existencia, el sentido del equilibrio.
Puedes vivir en el bosque y decir que conoces el bosque, pero solo lo habitas. Desconfía de las certezas que no hacen preguntas.
Gaia quedó pensativa. Estaba claro que Ana dominaba algo más que el arte de la pintura. La confusión se diluía cuando ella tomaba la palabra.
-Pero Ana, si no podemos conocerlo todo ¿cómo encontraremos la Verdad?
-De lo que podemos y queremos conocer debe ocuparse la inteligencia, de lo que desconocemos o somos incapaces de concebir debe ocuparse la humildad.
-¿Ser humilde es muy difícil? -Preguntó Gaia, que no tenía muy clara su vocación para el ascetismo.
Ana le hizo un guiño.
-Lo cierto es que ¡es mucho mas práctico el sentido del humor!
Y las dos echaron a reír, mientras la solemnidad se disolvía para no hacer daño con ninguna intransigencia.

domingo, 28 de febrero de 2010

El Equilibrio. (Dinámica)

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Has comenzado el estudio de las matemáticas, pero jamás llegarás a entender el mundo sin recorrer el camino del arte, porque son las emociones, a pesar de su resistencia a ser dominadas o entendidas, las que mueven el mundo, Gaia. Son sabiduría y también ignorancia.
Para entender el equilibrio en el tiempo es necesaria la música, los ciclos, el ritmo, las iteraciones... La vida no tiene sentido si no encuentra su lugar en los días, los años, los siglos y los inconcebibles eones.
Los ancianos de la tribu duermen satisfechos. Se saben venerados. Conocen su lugar en la existencia. Tras la muerte encontraran un lugar junto a sus ancestros y desde la vida serán saludados por aquellos que aman. Fueron jóvenes un día, es cierto. Pero aún entonces conocían el sentido de la vida. Siempre fueron conscientes. Formaban parte de una cadena y aún jóvenes respetaron el lugar que ahora ocupan como ancianos. Vivimos la época de la inmediatez. Pero debemos entender la importancia de la existencia, pues todo lo que hacemos cambia el futuro.
No es que detrás de la vida no haya nada, es que no estamos dejando nada para que la vida pueda continuar.
¿Sabes Gaia?. La búsqueda del sentido de la palabra equilibrio nos ha llevado primero a la estática de las cosas terminadas, las pinceladas y los cuadros. Ahí hemos aprendido la importancia de la distancia y de la perspectiva.
Cuando hemos querido profundizar en la quietud, hemos comprendido que el mundo se mueve y hemos llegado hasta aquí, para entender que cada cosa tiene un lugar en el tiempo y hemos encontrado el sentido del equilibrio en la armonía y la música. Ha llegado el momento en que debemos afrontar la totalidad, para poder vivir y solventar la contradicción.

viernes, 19 de febrero de 2010

EL Equilibrio. (Estática)


-El equilibrio está lleno de cosas antagónicas. Puede contener el bien y el mal, el dolor y el placer, la vida y la muerte, la creación y la destrucción.
Buscamos una paz que es ausencia de lucha, el universo decantado por una de las partes, quietud absoluta, ausencia de movimiento. Pero eso se parece demasiado a la muerte, a la ausencia de vida. La paz debe estar viva y ser una lucha constante e inevitable por el equilibrio, por el respeto, por la coexistencia.
Ana hablaba abstraida, con la mirada colgada en las estelas del mar. Por un momento, ignorante de la confusión que sus palabras habían dejado en Gaia.
-¿Crees entonces que también necesitamos el mal?
Gaia parecía disconforme, pero sobre todo desorientada.
-El mal se hace casi siempre en nombre del bien. Las guerras se hacen en nombre de la paz. El mal solo es el bien que corresponde a todos, hurtado para unos pocos. Deberíamos aprender del día y de la noche. ¿Sabes por qué gira nuestro planeta, por qué se inclina?
-Todavía no lo sé. -Dijo Gaia.
-Para que todo el mundo comparta la luz y en ningún lugar sea negada la primavera.

domingo, 7 de febrero de 2010

El Equilibrio (La búsqueda)


Gaia tomo el diccionario y buscó "equilibrio".
-"Estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente".
Después de las fiebres ella seguía entera. Además, la destrucción, el desbarajuste y la diarrea se habían producido justo cuando se había perdido el dichoso equilibrio. Solo quedaba otra definición que podría ser útil.
-"Contrapeso, contrarresto, armonía entre cosas diversas".
Al parecer, el diccionario no era muy habilidoso con las metáforas. Estaba claro que era una palabra delicada y misteriosa.
Se decidió a buscar a Ana y preguntarle qué era aquello del equilibrio.

-Cuando quieras pintar un cuadro, debes comprender que cada pincelada tiene un lugar en el lienzo. Son como luciérnagas petrificadas cuyo destino es modular la luz. Si eliges pintar la montaña, acercar el frío de las cumbres, necesitas pinceladas blancas para la nieve. Otras de color gris para las rocas y los precipicios. Necesitarás también del color verde para las arboledas y amarillo para los pastos....
-¿Y el equilibrio? -preguntó Gaia.
-El equilibrio es alejarse del cuadro y no distinguir las pinceladas. Tan solo un inaudible murmullo de pigmentos.

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