«Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia».
LEY DE NIVEN:
«Cualquier magia lo suficientemente avanzada es indistinguible de la tecnología».
O también: «Cualquier magia lo suficientemente analizada es indistinguible de la ciencia».
Cuando analizamos con un mínimo de sensatez los disparates en que se basa nuestro modelo económico, como por ejemplo, que es posible crecer de forma infinita en un sistema finito, no cabe menos que preguntarnos cómo es posible semejante engaño. ¿Cómo puede ser que las leyes mejor fundamentadas de la Física, las leyes de la termodinámica, puedan ser ignoradas por un modelo económico a la vista de todos los científicos del planeta, sin que surjan en rebelión, sus voces denunciando el engaño? ¿No es esa la misma ceguera colectiva que ha permitido que civilizaciones enteras caigan una y otra vez en el colapso? Excepto honrosas excepciones, la mayor parte de científicos y amantes de la ciencia viven en un limbo de tecno-optimismo dedicados a la caza de magufos cuando la mayor estafa a la ciencia y al pensamiento crítico se pasea delante de sus narices. Lo cierto es que muchos científicos o autocalificados como tales, analizan el pensamiento mágico desde la perspectiva del inquisidor y no como lo haría la ciencia. Sin embargo, empieza a resultar alarmante que el pensamiento crítico se use para criminalizar no solo a la ignorancia y las buenas intenciones, sino a cualquier forma de escape que suponga cuestionar la sacrosanta verdad del mercado. Desde el poder económico y el político subsidiario, se criminaliza la pobreza, la exclusión social y la libertad de expresión que surja al margen de su control. Pero ante el agotamiento de los recursos se están usando los conocimientos mas avanzados de neurología con técnicas de marketing para criminalizar a quienes defiendan posturas ecologistas, de transición, conservación o recuperación, usando la ciencia como tótem inapelable para perpetrar el linchamiento.
LA MAGIA O EL HONRADO ARTE DEL ENGAÑO
El misterio es el combustible de la curiosidad y la curiosidad es el motor del pensamiento crítico, el cual se manifiesta mediante las preguntas. El problema empieza con las respuestas. Porque cualquiera puede darnos todas las respuestas con tal de que le permitamos cerrar a su antojo el turno de preguntas.
Hay quienes piensan que la fe puede mover montañas, pero de lo que no cabe duda es que puede mover y provocar ilusiones. Si hablamos de magia, un mago profesional puede enseñarnos mucho mas que cualquier cazador de magufos (creyentes en lo sobrenatural), aunque últimamente la neurociencia ha comenzado a incluir a la magia en sus estudios sobre nuestro cerebro.
La magia y la neurociencia se han puesto de acuerdo en una cosa: el cerebro humano es bastante limitado a la hora de percibir, interpretar, memorizar y reconstruir simbólica y conceptualmente la realidad. La estrategia de nuestro cerebro ante un volumen de información que le desborda, es focalizar la atención, renunciando a la información que queda al margen de ese foco. Los magos profesionales hacen uso de esa limitación para ganar dinero con espectáculos divertidos. Los científicos sin embargo, ganan el suyo en aplicaciones que tengan que ver con la economía de mercado (al fin y al cabo es su fuente de financiación y con frecuencia de su sesgo). Se podría alegar que el conocimiento científico es neutro, pero siempre que se discrimine de la teleología, es decir, de los fines y propósitos con que se usa. Para aclararnos, la teoría de la relatividad es ciencia, la bomba atómica o la central nuclear son aplicaciones de una teoría científica, son tecnología, pero no son ciencia. Corresponde a la sociedad hacer balance sobre las ventajas e inconvenientes de aplicar unos conocimientos, pero por desgracia, lo mas parecido a una participación en decisiones de este tipo es lo que llamamos democracia, algo que vemos corromperse ante los grandes poderes económicos.
En la magia no hay engaño. ¿ Acaso hay engaño cuando te dicen que van a engañarte... y lo consiguen en tus propias narices? Los gobernantes y aquellos a cuyos intereses sirven son otra cosa. La manipulación mediática que sufrimos ¡eso si es engaño!
La magia y la neurociencia se han puesto de acuerdo en una cosa: el cerebro humano es bastante limitado a la hora de percibir, interpretar, memorizar y reconstruir simbólica y conceptualmente la realidad. La estrategia de nuestro cerebro ante un volumen de información que le desborda, es focalizar la atención, renunciando a la información que queda al margen de ese foco. Los magos profesionales hacen uso de esa limitación para ganar dinero con espectáculos divertidos. Los científicos sin embargo, ganan el suyo en aplicaciones que tengan que ver con la economía de mercado (al fin y al cabo es su fuente de financiación y con frecuencia de su sesgo). Se podría alegar que el conocimiento científico es neutro, pero siempre que se discrimine de la teleología, es decir, de los fines y propósitos con que se usa. Para aclararnos, la teoría de la relatividad es ciencia, la bomba atómica o la central nuclear son aplicaciones de una teoría científica, son tecnología, pero no son ciencia. Corresponde a la sociedad hacer balance sobre las ventajas e inconvenientes de aplicar unos conocimientos, pero por desgracia, lo mas parecido a una participación en decisiones de este tipo es lo que llamamos democracia, algo que vemos corromperse ante los grandes poderes económicos.
En la magia no hay engaño. ¿ Acaso hay engaño cuando te dicen que van a engañarte... y lo consiguen en tus propias narices? Los gobernantes y aquellos a cuyos intereses sirven son otra cosa. La manipulación mediática que sufrimos ¡eso si es engaño!