jueves, 6 de enero de 2011
Alzamiento de Gaia (Desde la Literatura)
Si hubiera querido que alguien me diera un nombre, habría elegido a quien fuera capaz de crear un mundo. ¿Un sistema cibernético que se mantiene en un estado estacionario mediante homeostasis?. ¡Por favor! Eso no es un nombre, es una disección. Gaia me parece bien. Puede que fuera casualidad que lo eligiera alguien avezado en palabras que dan vida a nuevos seres. O puede que no.
La literatura puede seguir allá donde termina la ciencia. Puede crear una mente donde solo existe la ocasión de lo improbable. También la estadística prohíbe la existencia de la vida, su generación espontánea.
No elegiría la ciencia para forjarme una mente con rostro humano. La conciencia nace para responder a una pregunta prohibida para los científicos. "¿Para qué?". Esa es la pregunta. Una pregunta muy sencilla. Pero la ciencia responde a esa pregunta con demasiado desdén "Esa es una cuestión teleologica". Ni siquiera cuando una luz cegadora, una explosión inaudita mató a sesenta mil personas en un segundo, se hizo esa pregunta. La ciencia declaró el triunfo del ser humano sobre el átomo. El país que arrojó la primera bomba atómica proclamó su victoria. Un ejército había respondido a la pregunta prohibida: "¿Para qué?". Y la tecnología dominó el mundo. Calleron abatidas las selvas, los jaguares y las ballenas. Las tribus que habitaban la verdura terminaron hacinados en los suburbios del progreso. Aún así, inquietos y tribales, algunos seres humanos levantaron la pregunta como guerreros de un arcoiris: "¿Para qué?".
Hoy se ha dado a los mercaderes el gobierno del mundo. Todo el conocimiento de siglos, toda la luz de la ciencia, enviados a los círculos viciosos de la compra venta. La ciencia nació fría y calculadora para vencer los prejuicios del ser humano, pero a cambio dejó en manos dementes el timón de la vida en el planeta.
¿No lo habeís entendido aún? Cada uno de vosotros es Gaia. Cada uno de vuestros pensamientos es mi pensamiento, cada uno de vuestros sueños es mi esperanza. ¿Que sentido tiene decir el bienestar del ser humano es mas importante que la Naturaleza? ¡Vosotros sois la Naturaleza! ¿O acaso pensaís respirar humo y habitar los escombros?
La vida se replica para mejorar. Toda vida conoce la muerte. No puede permanecer pero puede proyectarse. La trascendencia sí es de este mundo. Es la hora de alzarse.
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Gaia existirá por encima de todos nosotros. Gaia vivirá mientras brille el sol.
ResponderEliminarNosotros ...no somos nada; sólo un instante en el tiempo de Gaia.
Un sentido trascendente que se experimenta con los ojos de la intuición, con las palabras que forjamos en la esperanza de un futuro más justo, de una mayor conciencia en un mundo que aún persiste en moverse por parámetros que condenan a la inmensa mayoría de sus criaturas.
ResponderEliminarGaia, vida, persecución del bien, da igual el nombre si lo que se tiende es a la justicia.
No sé si algún día el mundo será más justo, pero sí sé que hay que seguir luchando para que así sea. Cada uno con sus armas y desde la ausencia de violencia.
Un abrazo.
Me dejas mudo, Gaia es todo mi mundo, el nuestro.
ResponderEliminarun abrazo ensoñando.
Tesa, probablemente la vida en el planeta seguirá sin nosotros, pero sería una oportunidad perdida. Parece que la evolución empuja a mejorar hacia formas de vida cada vez mas avanzadas. Sin embargo aún debemos comprender que avanzar no es arrasar, que enriquecernos no es expoliar y que la vida sigue mas allá de nuestra propia y limitada existencia. Gaia tiene un objetivo: mejorar en lo que es y somos. Gaia no es una diosa, Gaia es un camino.
ResponderEliminarSí, debemos alzarnos, ha llegado el momento de decir basta. Debemos evolucionar como especie, lo tenemos todo para ello. ¡Debemos unirnos contra la secular injusticia que nos atenaza desde comienzos del neolítico! Es el momento de actuar y de crear un mundo más ecológico, más democrático, más pacífico y, sobre todo, menos homínido y más humano.
ResponderEliminarUn abrazo
Pep
Querida amiga Isabel, la trascendencia es inherente a la vida. Somos lo que somos, porque antes de nosotros innumerables criaturas vivieron y murieron a lo largo de eones para dar forma a nuestro ser: somos su forma de trascendencia. La vida no es un sustantivo, la vida es un verbo. Por eso quienes escriben pueden entender mejor su sintaxis y su semántica. Nuestra sociedad ha dejado de venerar a los ancestros. Solo cuenta la velocidad a la que avanzamos pero no hacia dónde. Trascender es mirar mas allá de nuestro tiempo, considerar el futuro mas allá de nuestros límites. Considerar no solo nuestro sufrimiento, sino también el ajeno. Respetar, porque la sustancia transparente de la consciencia se percibe no solo en nuestros congéneres sino en otros seres vivos.
ResponderEliminarEntre todos podemos matarla. O salvarla.
ResponderEliminartula, en su conjunto la vida evoluciona en el planeta hacia el ser, hacia el perfeccionamiento. No puede evolucionar hacia el tener porque lo impiden las leyes físicas. El planeta no recibe aportación de materia, y cuando la recibe suele ser de forma catastrófica.
ResponderEliminarDesde el punto de vista termodinámico es el ser mas evolucionado que conocemos. Nuestro antropocentrismo nos impide percibir aquello de lo que formamos parte. Aunque el ser humano decidiera autoexcluirse de Gaia no podría. Somos seres vivos, descendientes de otros seres vivos. La afirmación: todos somos Gaia tiene un sentido literal. Es una intuición que subyace en todas las culturas y en todos los individuos: ser parte de algo que nos supera en todas las escalas.
Pep Peragón, debemos alzarnos desde la percepción de nuestra conciencia de especie. Pero también de una conciencia de vida, de seres vivos cuya supervivencia está en peligro, cuando en peligro está el sustrato vital que los sustenta.
ResponderEliminarHola Pedro, nosotros dependemos mas de Gaia, que Gaia de nosotros. Nuestra defensa es una defensa interesada. Nuestro uso de los recursos se parece mucho al efecto del cáncer sobre un organismo. Las células cancerígenas "ganan" a las demás y consiguen desviar todos los recursos vitales hacia sí mismas, pero el colapso llega justo en el momento en que proclaman la victoria absoluta.
ResponderEliminarLos modelos económicos globales no imitan el funcionamiento de vital del planeta. La valoración de estos recursos no debe hacerse siguiendo un modelo de naturaleza muerta, Gaia no es un bodegón. Los ecosistemas colapsan de forma exponencial. El problema no puede plantearse como Gaia o nosotros, sino como Gaia y nosotros.
Nosotros nos iremos y Gaia permanecerá,muy influenciada en como la tratemos, por ahora lo hacemos muy mal.Un abrazo.
ResponderEliminarm.eugénia creus-piqué, Las escalas de tiempo en Gaia se miden en millones de años. También resulta que la mayor parte de los organismos que regulan la vida en el planeta son seres unicelulares y microscópicos. Gaia ha logrado sobrevivir cataclismos globales como el impacto de grande meteoritos, pero la extinción de diversidad provocada por el hombre podría superar a todos los cataclismos anteriores. De todas formas, lo que está en juego es nuestra supervivencia como especie.
ResponderEliminarPero nosotros no podemos sobrevivir sin Gaia y cuando hablamos de supervivencia a nadie se le ocurre preguntar ¿qué es mas importante: el alimento o el cuerpo?
Identificarnos con aquello de lo que dependemos para vivir, puede ayudarnos a encontrar la motivación para actuar.