Los policías que apalean al indigente durante la carga contra el movimiento de la #spanishrevolution en Barcelona, no han sido apartados de sus funciones: la actuación ha sido defendida a ultranza por su responsable político. De forma parecida a como hemos salvado y pagado la quiebra del sistema financiero.
En una sola foto tenemos resumido el principio neoliberal: "privatizar ganancias y socializar las pérdidas", en una imagen sin eufemismos y sin maquillaje mediático. También nos permite entender en una simple mirada lo que significa socializar las responsabilidades. Un principio que fácilmente nos aboca a la xenofobia, a la corrupción y a una búsqueda de chivos expiatorios entre los mas afectados por la quiebra del sistema.
No queremos ser los apaleados por el fracaso del sistema, pero tampoco queremos convertirnos en matones y dar un espectáculo fraticida a los césares que nos han proporcionado este circo sin pan. Podemos elegir la indignación.
Peor que la injusticia
Lo peor de la injusticia, con ser lo mas doloroso, no es el daño moral, sino que en la confusión entre víctima y victimario acabamos premiando a quien se encargará de proseguir con sus crímenes, aumentando el reguero de víctimas que queda tras sus actos. No permite solucionar ningún problema, sino agravarlo hasta lo intolerable.
El estallido de la burbuja financiera y la protección a ultranza de los culpables, está produciendo en todo el planeta un negro abismo de desigualdad e injusticia, pero a su vez está ocultando una enfermedad muy grave, un hecho objetivo al que no podemos sustraernos.
La llegada del crash del petróleo trae consigo una reacción en cadena que va hundiendo las economías de los países comenzando por las más débiles. Responder con un plan que actúe sobre las causas y no sobre los efectos, exige un cambio de paradigma en la economía mundial para adaptarla al decrecimiento económico. Pero necesita de un tiempo de adaptación del que no disponemos.
Peor que la injusticia, son sus consecuencias: necesitamos de la solidaridad para salvar este barco. Necesitamos parar a los que se empeñan en desmantelarlo para construir su propio bote salvavidas.
Mañana, si Dios quiere iré a oír el Cuarteto para el Final de Los Tiempos. No sé si es por casualidad que lo programan. Estas cosas tienen algo de apocalíptico. Un saludo.
ResponderEliminarmateosantamarta, después de ver tantas películas apocalípticas,
ResponderEliminarcon el fin de la civilización como fondo, desde Mad Max hasta 2012, tenemos una percepción del colapso muy cinematográfica.
Pero lo cierto es que una sociedad puede colapsar sin saber que se enfrenta a un colapso. No sabríamos distinguir si una guerra o una hambruna están causadas por el colapso del sistema económico o cualquier manejo geopolítico.
Que nos digan que 1000 millones de personas en el mundo pasan hambre o "carecen de seguridad alimentaria" puede no significar colapso para nosotros o que la escasez de agua afectará en los próximos años a 3500 millones de personas.
El "fin del mundo" no tiene por qué ser espectacular y podría ocurrir sin que tan siquiera lo dieran por la tele. Puede que hasta el último minuto estemos viendo anuncios de barbies y ofertas de viajes al Caribe.
que buena entrada.
ResponderEliminarNo creo que en el fin del mundo estemos comprando Barbies hasta último minuto, mas bien creo que si seguimos así va a ser lenta dolorosa y casi imperceptible.
Un poco como ahora
Carolina,
ResponderEliminartodo depende de la parte del Titanic en la que tengamos nuestro camarote.
Los que viajan en primera clase, pueden ser los "privilegiados" en asistir a un colapso que su solidaridad podría haber evitado.
El paso a cualquier cosa que no sea un final doloroso y largo precisa de un cambio de paradigma. Un cambio de paradigma en todos los sentidos: económico, social, espiritual... Un cambio de paradigma tanto más difícil de asumir cuanto más asentados y cómodos estamos en el antiguo paradigma consumido.
ResponderEliminarHabrá que comenzar a invertir nuestra propia visión del horizonte.
Muy bueno eso de que "necesitamos de la solidaridad para salvar este barco". Nos salvamos todos o todos nos hundimos; nadie puede construir "su propio bote salvavidas". Consecuencias de vivir en un planeta.
ResponderEliminarTienes razón en tu análisis! Pero mucho me temo que estamos yendo justo en la dirección contraria a la que apuntas y que también veo que sería la adecuada
ResponderEliminarUn beso
Estoy de acuerdo contigo, Camino. He sufrido en mis propios hombros eso de "privatizar las ganancias y socializar las pérdidas". La cuestión es dar con la senda que nos permita salir de un sistema atroz, que se ceba en las criaturas que lo mantienen. Ojalá sea pronto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para poder cambiar algo es necesario conocerlo bien, sino podemos disparar en sentido contrario y hacer el juego a los verdaderos culpables
ResponderEliminarMe tomo un descanso, querido Gaia.
ResponderEliminarNo se aún si definitivo o temporal, y tampoco se si volvere o no a escribir.
Probablemente...no.
Eso si: seguiré visitandote.
Hasta entonces, un abrazo enorme.
@Andreas Selvi
ResponderEliminarEse cambio de paradigma se está gestando ante nosotros y esperemos que seamos capaces de llevarlo a cabo entre todos.
@Juliana Luisa
Nos salvamos todos o todos nos hundimos. O salvamos el barco o será nuestro final como civilización.
@Ciberculturalia
Cada vez mas ley y cada vez menos justicia. Crece el control mediático y cada vez tenemos menos democracia. Pero también crece la indignación.
@Isabel Martinez Barquero
ResponderEliminarEs hora de ponerse en camino para crear ese sistema. Pero como dice Juliana Luisa, cambiar algo exige conocerlo bien o al menos encontrar los errores del sistema, los puntos de inflexión de esta estafa.
Un saludo
Estimado Cornelivs, nunca desfallezcas, las semillas no siempre muestran su fruto a quien las ha plantado.
ResponderEliminarVivimos de la cosecha que otros nos han legado y lo que sembramos será aquello que otros recogerán.
La vida alimenta la vida.
Si te vas te echaremos de menos, pero seguro que en otro lugar agradecerán tu presencia.
Un abrazo.