La selección natural nos dice que las especies evolucionan adaptándose al medio. Pero el nido de una golondrina supera varias veces su peso. Una hormiga puede desplazar una masa muy superior a la propia. Para producir un kilo de carne bobina se necesitan, como mínimo, 16 kilos de cereales, 20.000 litros de agua y la energía equivalente a 8'3 litros de gasolina. Una persona puede metabolizar al cabo de su vida una cantidad de alimentos, agua y aire 1000 veces superior a su propio peso. Esto, sin tener en cuenta construcción de vivienda, transporte... en otras palabras, acondicionamiento del medio para mantener unas condiciones adecuadas para la vida. ¿Como podemos afirmar entonces que son los seres vivos quienes se adaptan al medio y no quienes adaptan el medio para obtener unas condiciones óptimas para la vida?
En realidad, lo que llamamos medio natural, es un sistema estacionario interactivo. De hecho, para que pueda darse el gradualismo en la evolución de las especies, los ecosistemas deben permanecer sin cambios importantes durante largos periodos de tiempo. Así, las poblaciones de las diversas especies que conforman un ecosistema estable se mantienen constantes con pequeñas variaciones.
La importancia de esta perspectiva radica en que nos sitúa en un escenario de coevolución y de simbiosis. Eso no significa que no exista la competencia por los recursos vitales, sino que esta está supeditada y en cierto modo dirigida al cumplimiento de una premisa básica: la estabilidad del ecosistema. Es una cuestión de lógica palmaria. La vida es un proceso profundamente dependiente de otras vidas. La competencia por los recursos a escala individual sirve para evitar su agotamiento a escala global.
La teoría Gaia barre así, de un plumazo, el darwinismo social y nos sitúa en el escenario de un mundo simbiótico. Se nos podría decir que los individuos compiten (y también colaboran) para transmitir sus genes y nada más, pero para poder hacerlo necesitan que se cumpla una condición previa: la sostenibilidad y disponibilidad de los recursos necesarios para la vida.
¿Cómo calificar entonces a nuestro modelo económico y a los secuaces del expolio planetario? ¿Los mas fuertes, los mas aptos...?
No, solo los parásitos que corroen el futuro y la vida.
Hay un elemento que sí estaba en Darwin pero que algunas corrientes que lo desarrollaban suprimieron: la capacidad de asociación entre los seres, incluso de diferentes especies, para hacer un mundo mejor.
ResponderEliminarCamino a Gaia, entuerto si los hay, explicar desde la evolución los porqué de explotados y explotadores, bueno el 'profe' Pedro hace referencia a la comunidad, asociación que parece puesta en un hoyo centrífugo y no agarra consistencia.
ResponderEliminarSi son fuertes y aptos, no hay duda, lo son, pero tienen su talón de aquiles...nosotros
Cuando nosotros decidamos no soportar más el oprobio de pagar sus cuentas mal hechas, caerán.
Saludos
Siempre complejo ciencias como la biología y la sociología.
ResponderEliminarEl humano es comunista sociológico, léase "comunista" desprovisto de adornos ideológicos, porque de no haberlo sido no habría sobrevivido. Y es al tiempo individualista biológico por esa misma cuestión de supervivencia.
Los que actualmente están destrozando el planeta no son más que... todos nosotros.
No es que los que dirigen sean los más fuertes, los más preparados, es que el resto somos muy mierdas para dejarnos dirigir por esta gente que no tiene más virtud que apelar a nuestros más bajos instintos.
A grandes rasgos, claro, se puede matizar muchísimo.
Saludos.
Perdón, donde dije:
ResponderEliminarSiempre complejo ciencias como la biología y la sociología.
Debí decir:
Siempre complejo MEZCLAR ciencias como la biología y la sociología.
@Pedro Ojeda Escudero
ResponderEliminarDe hecho todos los organismos pluricelulares son asociaciones simbióticas. El mismo ser humano es una asociación colaborativa de seres unicelulares.
Prácticamente todas las sociedades y asociaciones de seres vivos son simbióticas, desde la manada al hormiguero, pasando por las sociedades humanas.
@Omar(masletrasarte)
ResponderEliminarLa explicación desde la teoría Gaia de por qué hay explotadores y explotados, podríamos encontrarla en que esta es la primera fase antes de llegar a la relación simbiótica, dado que solo ésta es sostenible en el tiempo.
Queda por explicar el por qué de las guerras y el crimen.
Es este caso, estaríamos condicionados por el hecho de que el planeta es un sistema cerrado y los recursos son finitos. Si la población crece, los recursos disponibles por habitante disminuyen inexorablemente. Solo el autocontrol de nuestra población y una economía estacionaria, podrían permitirnos la evolución cualitativa y librarnos de las guerras y reducir nuestra condena a las enfermedades.
La teoría Gaia solo cambia la percepción del escenario en el que se produce la selección natural, lo que es mucho mas importante de lo que parece.
@Desclasado
ResponderEliminarLa teoría Gaia no parte de la biología sino de la Física. Cuando Lovelock comparó nuestro planeta con Marte o Venus u otros planetas muertos, encontró algunas anomalías termodinámicas(composición atmosférica, temperatura global, salinidad de los mares, etc) que solo podía explicarse por la influencia de la vida. No solo eso, sino que la vida era la base de muchos mecanismos de autoregulación planetarios como el clima, en el Sistema de la Tierra.
A los biólogos no les gustó que una teoría de la vida, posiblemente la de mayor envergadura hasta la fecha, hubiera surgido sin su mediación o consentimiento. Pero poco a poco se han ido rindiendo a la evidencias. No obstante el nombre de Gaia, fue sustituido por el de Sistema de la Tierra, eliminando todo rastro de poesía que pudiera alterar tanto positivismo exacerbado.
Gaia es por tanto el Sistema de Sistemas y alberga a todos los subsistemas interiores, pero en última instancia se rige por las leyes de la termodinámica. No son leyes sobre lo inmoral o lo moral, sino sobre lo posible y lo imposible en un sistema cerrado.
Oportuna y necesaria distinción, Camino. Es la diferencia entre vivir con a vivir de. Un abrazo.
ResponderEliminarHay que distinguir entre inteligencia y sabiduria. Para la inteligencia humana son posibles muchas cosas, algunas de las cuales la sabiduria aconseja no hacer realidad, por ejmplo, aquellas incompatibles con el hecho de que la Tierra constituye un sistema cerrado.
ResponderEliminarNo debo extenderme mucho pero nuestro sistema económico ha dado lugar a una ciencia y un técnica protagonizada por las grandes empresas transnacionales (tecnociencia) y en esa situación no hay sabiduria: se buscan ganacias económicas y no mejorar a la vida del ser humano.
Camino, hazme un favor: dime por aquí, o mándame un mail, enlaces sobre esa teoría, los que tú veas más certeros.
ResponderEliminarEs que me pierdo con tu explicación. Entiendo en términos técnicos lo que dices, pero sin la base teórica en la que se sustenta no acabo de aclararme.
Puedo buscar en Google, claro, pero prefiero una orientación más concreta.
Gracias.
@Desclasado
ResponderEliminarHay una
entrevista con Lovelock en El País que hace un recorrido por la trayectoria de la teoría y de su autor, James Lovelock.
Premios y reconocimientos de todo tipo están a un click.
La teoría puede entenderse mediante la metáfora de que la Tierra se comporta como un organismo vivo. Sin embargo se diferencia de cualquier otro ser vivo, aparte de por su tamaño, por el hecho de ser un sistema cerrado, es decir, todos los seres vivos tomamos nutrientes del exterior y expulsamos residuos.
Gaia no puede hacer eso. Con el espacio exterior intercambia la energía que proviene del Sol, es el único nutriente. En ese sentido se podría decir que es el organismo vivo mas evolucionado que se conoce.
Sin embargo a efectos de evolución, la teoría se complementa con las teorías de Lynn Margulis.
Es la ley del más fuerte llevada hasta el paroxismo, está claro.
ResponderEliminar@Isabel Martínez Barquero
ResponderEliminarLa ley del mas fuerte es mas bien una especie de efecto óptico, una distorsión de las leyes de la naturaleza con la que los parásitos del mundo pretenden legitimar su parasitismo. En todo caso podríamos hablar de la ley del mas apto, y el mas apto puede ser el mas veloz o el mas pequeño. Pero hay una ley por encima de todas: la supervivencia del ecosistema que en última instancia es la supervivencia de Gaia. Si una especie se convierte en plaga y destruye el ecosistema, destruye su soporte vital y acaba "muriendo de éxito".
La vida es un juego en el que ganar supone el fin del propio juego.
Tras mi ausencia temporal del mundo bloguero por motivos de viaje turístico vuelvo a visitarte y dejarte mi personal saludo. No sé si podré ponerme al día de tantas cosas que se han publicado, durante estas fechas, en los blog que sigo, pero lo intentaré aunque no deje comentarios.
ResponderEliminarUn afectuoso abrazo con mis mejores deseos.
@Antonio
ResponderEliminarBienvenido como siempre. Espero leer tus crónicas de viajes muy pronto.
Un saludo
suelo mezclar biologìa y sociologìa. Y tambièn fisicomìmica. Creo fuertemente que muchas teorìas fisicoquimicas se aplican a seres humanos indicidualemente. Por ejemplo la ley de la entropía.
ResponderEliminarA veces coincide y a veces no. Es el ejemplo del Dawinismo social, una teorìa mas que finalizada, es esta sociedad el mas "apto" mas "ùtil" mas "inteligente" se muere de hambre, el que en verdad la pasa bien econòmicamente hablando es aquel que no posee moral ni principios. Ese es el mas apto.
Lamentablemente.
Saludos