lunes, 3 de marzo de 2014

Magia, pensamiento mágico y ciencia.

«Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». 

LEY DE NIVEN:
 «Cualquier magia lo suficientemente avanzada es indistinguible de la tecnología».
O también: «Cualquier magia lo suficientemente analizada es indistinguible de la ciencia».

Cuando analizamos con un mínimo de sensatez los disparates en que se basa nuestro modelo económico, como por ejemplo, que es posible crecer de forma infinita en un sistema finito, no cabe menos que preguntarnos cómo es posible semejante engaño. ¿Cómo puede ser que las leyes mejor fundamentadas de la Física, las leyes de la termodinámica, puedan ser ignoradas por un modelo económico a la vista de todos los científicos del planeta, sin que surjan en rebelión, sus voces denunciando el engaño?  ¿No es esa la misma ceguera colectiva que ha permitido que civilizaciones enteras caigan una y otra vez en el colapso? Excepto honrosas excepciones, la mayor parte de científicos y amantes de la ciencia viven en un limbo de tecno-optimismo dedicados a la caza de magufos cuando la mayor estafa a la ciencia y al pensamiento crítico se pasea delante de sus narices. Lo cierto es que muchos científicos o autocalificados como tales, analizan el pensamiento mágico desde la perspectiva del inquisidor y no como lo haría la ciencia. Sin embargo, empieza a resultar alarmante que el pensamiento crítico se use para criminalizar no solo a la ignorancia y las buenas intenciones, sino a cualquier forma de escape que suponga cuestionar la sacrosanta verdad del mercado. Desde el poder económico y el político subsidiario, se criminaliza la pobreza, la exclusión social y la libertad de expresión que surja al margen de su control. Pero ante el agotamiento de los recursos se están usando los conocimientos mas avanzados de neurología con técnicas de marketing para criminalizar a quienes defiendan posturas ecologistas, de transición, conservación o recuperación, usando la ciencia como tótem inapelable para perpetrar el linchamiento.

LA MAGIA O EL HONRADO ARTE DEL ENGAÑO



El misterio es el combustible de la curiosidad  y la curiosidad es el motor del pensamiento crítico, el cual se manifiesta mediante las preguntas. El problema empieza con las respuestas. Porque cualquiera puede darnos todas las respuestas con tal de que le permitamos cerrar a su antojo el turno de preguntas.
Hay quienes piensan que la fe puede mover montañas, pero de lo que no cabe duda es que puede mover y provocar ilusiones. Si hablamos de magia, un mago profesional puede enseñarnos mucho mas que cualquier cazador de magufos (creyentes en lo sobrenatural), aunque últimamente la neurociencia ha comenzado a incluir a la magia en sus estudios sobre nuestro cerebro.
La magia y la neurociencia se han puesto de acuerdo en una cosa: el cerebro humano es bastante limitado a la hora de percibir, interpretar, memorizar y reconstruir simbólica y conceptualmente la realidad. La estrategia de nuestro cerebro ante un volumen de información que le desborda, es focalizar la atención, renunciando a la información que queda al margen de ese foco. Los magos profesionales hacen uso de esa limitación para ganar dinero con espectáculos divertidos. Los científicos sin embargo, ganan el suyo en aplicaciones que tengan que ver con la economía de mercado (al fin y al cabo es su fuente de financiación y con frecuencia de su sesgo). Se podría alegar que el conocimiento científico es neutro, pero siempre que se discrimine de la teleología, es decir, de los fines y propósitos con que se usa. Para aclararnos, la teoría de la relatividad es ciencia, la bomba atómica o la central nuclear son aplicaciones de una teoría científica, son tecnología, pero no son ciencia. Corresponde a la sociedad hacer balance sobre las ventajas e inconvenientes de aplicar unos conocimientos, pero por desgracia, lo mas parecido a una participación en decisiones de este tipo es lo que llamamos democracia, algo que vemos corromperse ante los grandes poderes económicos.

En la magia no hay engaño. ¿ Acaso hay engaño cuando te dicen que van a engañarte... y lo consiguen en tus propias narices? Los gobernantes y aquellos a cuyos intereses sirven son otra cosa. La manipulación mediática que sufrimos ¡eso si es engaño!


5 comentarios:

  1. Me ha parecido una entrada muy interesante, con la que además coincido mucho, especialmente cuando te refieres a esa parte de la blogosfera de habla hispana que está pensando más en tildar de pseudociencia los planteamietnos de los demás que en cuestionarse sus propios dogmas. Y lo digo desde la propia experiencia, ya que yo mismo he formado parte de ella durante varios años. Me viene también a la memoria el blog del economista Ferreira, "Todo lo que sea verdad", entre otros.

    Tanto me ha gustado tu post que te voy a citar en mi protolibro, je... Concretamente en el apartado "Cientificismo".

    Por cierto, como veo que enlazas a la web de Mulet en un momento dado del post, creo que te puede interesar este otro post: http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=1984

    Un saludo :o)

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  2. Realmente un gran artículo....

    Mark de Zabaleta

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  3. Eres un hacha a la hora de encontrar esas pequeñas joyas en el inmensa red. No conocía a Ferreira y el post de energía sostenible se acerca mucho a lo que pienso sobre el tema. Lo del señor Mulet no es solo cosa del señor Mulet. Hay muchos científicos que tienen blogs, pero a pocos se les da tanta cobertura mediática. Me huele a campaña mediática planificada y bien financiada.
    Un saludo

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  4. Je, je... gracias. Es un blog que he descubierto hace poco y que me parece bastante riguroso, completo y oportuno.

    A Mulet le conocí indirectamente hace unos años, concretamente en este debate algo enconado entre Tay (de BioTay) y él: http://www.cienciaxxi.com/2010/12/hay-que-temer-los-transg%C3%A9nicos.html

    Y ya paro con los enlaces, je... Tanto va el cántaro a la fuente que al final... ;)

    En fin, creo que lo que ocurre con este científico es similar a lo que comenta el pediatra Carlos González en su último libro, y que copio a continuación, con tu permiso:

    "No piense el lector que se está hablando de periodistas pagados para publicar mentiras. Eso, si existe, debe de ser muy raro. (…) Los periodistas reciben comunicados de prensa, prácticos resúmenes que les facilitan el trabajo, son invitados a conferencias y congresos, escuchan a expertos entusiastas… Y los expertos entusiastas probablemente tampoco están corrompidos, tampoco están mintiendo a cambio de dinero. Simplemente, como en cualquier actividad humana, las personas tienen distintas opiniones. Los laboratorios farmacéuticos buscan médicos cuyas opiniones les convienen, y les ayudan: les pagan congresos, les conceden becas de estudio o de investigación, los asesoran y apoyan para investigar. Esos médicos se forjan una reputación y una brillante carrera (el número de publicaciones científicas es un criterio importante para ascender en la profesión, para convertirse en profesor o en jefe de servicio). El partidario de un determinado tratamiento acaba convirtiéndose en experto en el tema, lo invitan a dar conferencias (muchas veces subvencionadas por los laboratorios), y los periodistas lo escuchan y lo entrevistan."

    Un abrazo.

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    1. Creo que tienes razón, (¿alguien diría por ejemplo que las élites económicas o el crimen económico organizado financian nuestro gobierno, cuando pueden hacerlo con dinero público?) en que los pagos de las grandes multinacionales son bastante sutiles, también su forma de elaborar políticas de marketing. Monsanto no hace anuncios de televisión, sus políticas tienen mas que ver con la presión sobre los gobiernos. Estoy de acuerdo con Tay, no me dan miedo los transgénicos en sí mismos, sino por las manos en las que están. Por eso cuando vemos la propaganda comercial, disfrazada de divulgación científica nos saltan las alarmas. La ciencia también puede corromperse, los científicos también pueden corromperse. Decir o divulgar que está demostrado científicamente que los transgénicos son inocuos es un insulto a la ciencia. Hasta las leyes de Newtón cayeron cuando la teoría de la relatividad demostró que no siempre se cumplían. La ciencia siempre duda y mucho menos criminaliza a quienes lo hacen y eso es lo contrario que hace el señor Munet en nombre de la ciencia. No son sus argumentos sino la forma en que pretende imponerlos.
      Un saludo

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