martes, 30 de octubre de 2012

Bajo el gobierno del crimen económico organizado

La gente no va voluntariamente al matadero si sabe que va al matadero. Pero es suficiente subirla a un vagón sin ventanas y decirle que vamos a salir de la crisis. Y cuando se oyen los gritos de espanto en vagones vecinos se le dice que nuestro vagón va a otro sitio, nuestro vagón va hacia la luz. Pero no es la luz de la sensatez o de la justicia, son las luces de la sala de despiece. Al fin y al cabo llevamos la misma ruta y circulamos por la misma vía. Ellos, el 1% que hace saltar las democracias por los aires, harán negocios como siempre, "business as usual", matando de hambre o traficando con armas. Todo está en manos de gente que no responde de sus actos ante ningún gobierno, ante ninguna ley, porque ellos hacen la ley. Y ahora que el barco se hunde están dispuestos a sacrificar a toda la sociedad para mantener sus privilegios. ¿Y el pueblo? ¿Y la democracia?
El pueblo tan solo elige el color del preservativo con el que van a violarlo. Rosa o azul. Tampoco es que haya mucha variedad. Nunca se trató de representar la voluntad del pueblo sino de controlarlo y manipularlo. Y qué mejor manera que haciéndolo responsable de las decisiones que toman los poderosos. Es en esa transmutación de la causa con el efecto, donde las víctimas quedan criminalizadas. Esa es la base de toda dictadura: quienes toman las decisiones están exentos de sufrir sus consecuencias. La "desregulación" del mercado financiero significa precisamente eso: no poder exigir ninguna responsabilidad a quien tiene máximo poder económico.

NO LLORÉIS POR ESPAÑA


No lloréis por España quienes desde otros lugares escucháis las noticias de su naufragio, el crimen económico organizado gobierna el mundo. Las plutocracias saquean hasta el hambre o la guerra. No lloréis por España, es el futuro de todos, es vuestro futuro. Llorad por vosotros mismos o luchad por vuestra dignidad. La distopía neoliberal ya está aquí. Los informes de sus corporaciones señalan a las democracias como la última amenaza para sus intereses.
Usan el poder económico para controlar el poder político. Los medios de comunicación les pertenecen.
Nunca hubo tanto poder en tan pocas manos y nunca tanta impunidad para sus actos. Es la falta de límites en la concentración de poder y la falta de responsabilidad frente a las acciones, lo que convierte a las grandes empresas en organizaciones criminales, a las organizaciones criminales en grandes empresas y a la economía en la imposibilidad de distinguir entre ambas. No hay nada sagrado ni digno: todo es mercancía, todo se compra y se vende. Solo unos pocos controlan el negocio de esta destrucción y ahora invierten en fascismo. Los chivos expiatorios se buscan entre los parias. La gente se suicida en los desahucios, mientras la nación se llena de casas vacías. Se habla de país para el sacrificio y de privatizaciones para el beneficio.
Cuando mostrar la verdad se convierte en delito, la impunidad del crimen económico organizado queda establecida por ley. Porque sin engaño, la democracia podría ser real. Pero ahora, quienes hacen la ley convierten la Justicia en delito. Sus leyes preventivas, no son por lo que hacemos o hemos hecho, es por lo que piensan hacernos. Todo está planificado.
No os dejéis confundir por el miedo o las falsas esperanzas, esta crisis no acabará nunca pero el futuro no está escrito y sobrevivir dignamente es posible.
Porque la maldad es estúpida. ¿Qué ocurrirá cuando la manipulación mediática no pueda engañar al hambre? ¿Qué ocurrirá cuando los indignados sean sustituidos por los desesperados? ¿Qué ocurrirá cuando choquen los privilegios de quienes han acaparado todo, contra la desesperación de los que ya nada tienen que perder? ¿Habrá suficientes perros para controlar el rebaño? ¿Qué hará la buena gente cuando un día se despierten criminales porque una nueva ley así lo dicta o acabaron alcanzados por la pobreza? No todos elegirán el suicidio.
La privatización de los derechos de las masas solo es posible si se les puede engañar para que voten en contra de sus intereses. Por eso nos piden confianza, porque es el requisito indispensable para perpetrar la estafa.

Todos sabemos ya que el vagón para salir de la crisis solo sirve para hundirse en un pozo sin luz y sin esperanza. Y allí nos llevan quienes juegan con nuestra esperanza y nuestro miedo, como ganado indigno, para llevarnos a la desesperación y al matadero. Pastoreados por sus empresas de comunicación, con la verdad y la mentira convertidas en simple mercancía y donde se elige entre una u otra solo con criterio de rentabilidad. Sin embargo, el dinero puede mentir y confundir, pero no cambiar la verdad. Pocas cosas producen mas ceguera que la ambición y el egoísmo. Son los motores de nuestro modelo económico y están devorando los cimientos de nuestra civilización. La miseria de los miserables que ejercen el poder económico lo va gangrenando todo.

Que nadie llore por España, nadie llore por Grecia o Portugal. Que nadie llore por Europa. Una sociedad que ante el naufragio, salva a los banqueros antes que a los niños, no puede tener mas futuro que el que merece su indolencia ante la atrocidad.

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