domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Solución a la Paradoja de Jevons?: Energía para la transición

LA NATURALEZA DEL PROBLEMA: LÍMITES Y OBJETIVOS.

No hay viento favorable para el barco que no sabe dónde va.
                                                                                           Séneca

Las paradojas son con frecuencia fruto de la relación entre objetivos y los medios para lograrlos. La realidad está plagada de irregularidades, de condicionantes y de límites, y si viajamos en un barco puede que el mejor camino para llegar a un puerto sea bordear un continente. Podríamos preguntarnos por la ciencia que estudia el establecimiento de los objetivos, pero no existe tal ciencia, la ciencia ya tiene su propio objetivo: buscar la verdad. Cierto que la cibernética y la Teoría General de Sistemas han aportado mucho al estudio de sistemas teleológicos, que en un principio era y aún sigue siendo parte de la metafísica, la ética y la religión. Pero somos las personas y las sociedades quienes, en definitiva, y de forma mas o menos condicionada hemos de responder a una pregunta tan sencilla como esta: ¿para qué?
En la práctica, las disciplinas del conocimiento mas cercanas al establecimiento de objetivos en una sociedad son la economía, la política y la religión o la ética. La ciencia no tiene todas las respuestas, la religión tampoco, pero siempre podemos sucumbir a la tentación de cerrar el turno de preguntas. Al fin y al cabo, el objetivo del poder no es que todo el mundo tenga acceso a la verdad, sino el dominio.
La energía tiene mucho que ver con el poder: nada podemos sin energía. Por eso la Física, la ecología y la biología tienen mucho que decir cuando la "ciencia" económica no informa correctamente a la sociedad de las consecuencias de mantener el crecimiento infinito como objetivo en sí mismo. Y quizá también en la política, cuando las élites dominantes, presas de la estulticia, de la histeria y de la miseria moral, invocan el sacrificio humano para inmolar en su hoguera el objetivo del bien común que debería caracterizarla, para dilapidar el poco tiempo y recursos de que aún disponemos en intentar mantener un poco mas el modelo económico que otorga sus privilegios. Porque no solo los objetivos bien intencionados están sometidos a paradojas, también lo están los objetivos malvados o egoístas. No somos seres sociales con emociones altruistas o solidarias porque creamos en unicornios de color rosa, sino por pura ventaja en la supervivencia. Con frecuencia partimos del prejuicio de que la maldad o el egoísmo son inteligentes y que la bondad o la solidaridad son estúpidas o ridículas. Preguntémonos por ejemplo por los costes de un poco de solidaridad en la gestión del actual brote de ébola en sus inicios, y en los que está teniendo y tendrá en un futuro para toda la humanidad.

SOLUCIÓN A LA PARADOJA DE JEVONS
La paradoja de Jevons es irrefutable en la medida en que lo son los hechos a los que hace referencia, sin embargo, los hechos son historia, lo que los convierte en leyes o tendencias mas o menos deterministas es que se repitan dadas circunstancias similares sin que podamos hacer nada por evitarlo. Pero como veremos, la paradoja de Jevons, también llamada efecto rebote, no es una ley física, sino que depende de los objetivos que demos al sistema, de que el sistema pueda crecer físicamente y de que tomemos o no, las medidas políticas y económicas para contrarrestarlo. Tampoco tiene por qué significar algo negativo, dicho de otro modo, podemos intentar evitarla o aprovecharla, puesto que afecta a todas las fuentes de energía. Así, si el pico del petróleo marca el fin del crecimiento físico de esta fuente de energía y hay otras fuentes renovables que aún pueden mejorar en eficiencia y que aún no han llegado a sus límites, las ganancias en eficiencia tanto en su uso, como en su obtención (TRE) serían un efecto clave en el proceso de sustitución de unas fuentes por otras. Y todo esto aún dentro del actual paradigma económico. También hemos de tener en cuenta que los límites afectan de forma diferente a las fuentes renovables y no renovables. Mientras que para los recursos finitos la llegada a los límites marca el comienzo de su declive y su tendencia a cero, los recursos renovables explotados de forma sostenible pueden mantenerse en su máximo de forma indefinida. Por tanto, las implicaciones de llegar al límite de un recurso no renovable son muy diferentes de llegar al límite de un recurso renovable usado de forma sostenible.

La paradoja de Jevons tiene importancia para discernir las dificultades en la sustitución de unas fuentes de energía no renovables y finitas, por otras renovables y sostenibles, pero llegados a los límites del crecimiento de una fuente de energía el efecto rebote simplemente ya no puede darse, salvo mediante el apalancamiento en el crecimiento de otras fuentes.


En realidad, una vez llegamos al límite de una fuente de energía carece de sentido preocuparse porque la eficiencia pueda provocar un crecimiento en su uso. Cuando los sistemas dinámicos llegan a sus límites, su comportamiento puede ser muy diferente al habitual. Llegados a este punto, se da la paradoja de que el efecto rebote puede dejar de ser un problema y formar parte de la solución. Lo que en este momento debe preocuparnos es la caída en la disponibilidad de energía neta para la sociedad y en el caso de los combustibles fósiles, el grado de sustitución que pueden aportar las energías renovables y la dependencia actual que tienen de dichos combustibles, el uso insostenible de las mismas y curiosamente la eficiencia en su obtención(TRE) y uso. Debe preocuparnos que funciones vitales para el ser humano como la producción y distribución de alimentos en nuestra agricultura industrial dependan totalmente de los combustibles fósiles como ya alerta un informe de la ONU. Debe preocuparnos que el sistema financiero en una economía en recesión solo puede mantenerse fagocitando al sistema productivo y generando exclusión social y un abismo de desigualdad económica.
Nos acercamos a un cambio de fase, al punto donde un disparo en una calle , una niña tocando el tambor en un mercado, o quizá la mas elemental de las criaturas como puede ser un virus o la inmaterialidad de un meme, pueden marcar la dirección en que se mueven los acontecimientos, el efecto mariposa donde lo que hasta ese momento resultaba sumamente improbable puede cambiar su suerte. Sería bueno tener algo que decir a nuestros hijos cuando nos pregunten qué hacíamos cuando su presente estaba en nuestras manos.

EFICIENCIA, AHORRO Y CRECIMIENTO

Para un sistema funcional podemos dividir la energía consumida total en dos conceptos: la energía necesaria para su mantenimiento y la invertida en su posible crecimiento. Sin embargo la segunda ley de la Termodinámica impide obtener un 100% de aprovechamiento, por lo que siempre tendremos una cantidad mas o menos grande de energía perdida. Este modelo sería escalable y con las debidas precauciones podría servirnos para caracterizar a un ser vivo, a un país o a nuestro sistema capitalista globalizado.


La paradoja de Jevons dice formalmente que aumentar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo pero incrementa el uso del modelo lo que provoca un incremento del consumo global. Dicho en otras palabras, en un sistema en crecimiento, los esfuerzos en la eficiencia terminan invertidos en crecimiento, con lo que a la larga obtenemos un mayor consumo y no un mayor ahorro. Por tanto, las propuestas de eficiencia que no cuestionan el crecimiento económico, terminan provocando un mayor consumo de recursos. Jevons descubrió este principio a partir de la observación empírica.

El pico del petróleo marca el momento a partir del cual ya no podemos obtener el petróleo ni la energía que procede del mismo de forma creciente. El impacto que tiene sobre la economía es fácil de deducir teniendo en cuenta su importancia estratégica: si nuestro modelo necesita obtener energía de forma creciente, el pico de esa energía, marca inevitablemente el fin del crecimiento económico. Pero veamos el papel que representa la eficiencia en este proceso.



El destino de la energía ahorrada en eficiencia depende de los objetivos que se den al sistema. Si el objetivo es el crecimiento obtenemos la paradoja de Jevons. Si el objetivo es mantener un modelo estacionario entonces la eficiencia consigue reducir los costes de mantenimiento del sistema. Si necesitamos un cambio de modelo podemos invertir la ganancia de eficiencia en los costes de transición.

El sistema dispone de energía para crecer y elige crecer: El excedente de la energía liberada por la eficiencia se emplea en crecer. Pero un sistema mas grande necesita mayor energía de mantenimiento, con lo que la energía total consumida aumenta en el siguiente ciclo. Paradoja de Jevons.

El sistema no dispone de energía para crecer pero puede mantenerse (pico de la energía neta):  El pico de la energía define el momento en que el sistema no puede obtener energía de forma creciente. Así, el sistema podría crecer limitadamente solo a costa de la eficiencia.

El sistema ya no dispone de energía suficiente para crecer ni mantenerse: La ganancia en eficiencia solo puede convertirse en crecimiento si antes ha cubierto los costes de mantenimiento. Cuando esta condición no se cumple el sistema entra en fase de colapso y degradación. Momento en el que se encuentra actualmente España, Europa y el mundo, si prescindimos de manipulaciones estadísticas. La realidad es mucho mas compleja porque no tenemos una sola fuente de energía, sino varias y se encuentran interrelacionadas. Porque no estamos ante un sistema simple sino ante una gran cantidad de sistemas y susbsistemas abiertos. Pero las leyes de la termodinámica son inmunes a la complejidad de los sistemas. Entonces ocurre, que si en un sistema seguimos manteniendo el crecimiento económico como objetivo en sí mismo, este solo puede producirse a costa de acelerar el decrecimiento de otros, entrando en una espiral de canibalismo sistémico donde hoy somos comensales y mañana menú, hasta que no queden comensales o al menú le salgan los dientes, se revele y todo sea sangre y excrementos.

Es hora pues de cambiar el chip a modo catástrofe que parece el mas relacionado con la solidaridad y dejarnos de eufemismos que ya no engañan a nadie. Tenemos un enemigo común, pero no es el ahorro y tampoco la eficiencia, y debemos hacerle frente antes de que se active el modo guerra o el modo derrota y como en un trastorno bipolar pasemos de un optimismo fundamentalista a un derrotismo entregado.

Sobrevivir a un descenso brusco y brutal de la energía disponible para la sociedad ya no puede hacerse depurando procesos sino prescindiendo de ellos. La eficiencia por tanto, es un pilar básico tanto en la transición como en el establecimiento de un nuevo modelo. En cuanto al ahorro conviene recordar que no ahorramos para no consumir, sino para regular el consumo en el tiempo, ya sea para obtener potencia o para afrontar tiempos de escasez. La expresión "lo que no consumas tú, lo consumirá otro" no es necesariamente cierta ni negativa. Lo que sí podemos afirmar es que lo que nosotros consumimos ya no pueden consumirlo otros. Así, los recursos usados para restaurar un pueblo abandonado ya no podrán ser usados en construir o mantener autopistas. El combustible que usemos en la maquinaria para reforestar un erial y convertirlo en un bosque ya no podrá ser usado para talarlo. El dinero que gastemos en construir una escuela ya no podemos gastarlo en fabricar un tanque. La energía que usemos para la transición no podrá ser usada para mantener el BAU. El tiempo que dedicamos a trabajar por un mundo mejor ya no podrá ser pasto de la indolencia. Puede que esto resulte insuficiente para llegar a una meta pero siempre contará como paso hacia adelante. Los marcos de lo posible son entornos dinámicos que se van estrechando aceleradamente dejándonos cada vez menos opciones. Como a un vehículo al que se le agota el combustible cada vez podemos elegir menos lugares adónde ir. Al menos eso tiene la ventaja de que cada vez tenemos menos cosas sobre las que estar en desacuerdo... siempre que tengamos la información correcta.


CONCLUSIÓN
Las cosas están mal, pero la paradoja de Jevons no es una ley Física. Es un problema de asignación de objetivos a corto plazo sin tomar en cuenta lo que pueda ocurrir en el largo plazo. Sin embargo, la asignación de objetivos no puede ni debe ser decidida por la ciencia. El objetivo de la ciencia es buscar la verdad e informar a la sociedad lo mas certeramente posible de las consecuencias de optar por un objetivo u otro. La cura no es tanto jarabe de experto como de sensatez y responsabilidad colectiva. Sin embargo, lo que nos dicen las paradojas es que las intenciones, buenas o malas, no garantizan que las cosas resulten según lo esperado. Eso no significa en absoluto, que las intenciones, el establecimiento de los objetivos, sean algo irrelevante. Es mucho mas fácil destruir que construir, porque para construir, para avanzar en sentido contrario al principio de entropía, hace falta energía, inteligencia y contención.
Seguiremos afrontando paradojas. Habremos de cuidarnos de que las distopías se  conviertan en profecías autocumplidas. Salvar a las personas puede que exija olvidarse de permanecer en el Titanic y fletar los botes salvavidas, no consumir la semilla que necesitamos hoy para poder obtener la cosecha mañana. Y pueda que hoy esto nos parezca impensable, pero el tiempo es un recurso que no podemos acumular y tampoco detener. Lo que hace inevitable el desastre es que no hagamos nada por evitarlo. Lo que hacemos definirá mejor lo que somos que aquello que tenemos.
Además de la energía abundante, el medio que nos ha permitido llegar hasta aquí ha sido nuestra facultad para entender, sin embargo, el objetivo ha sido crecer y dominar. Sería una pena que sacrificáramos nuestra inteligencia arrastrados por el mismo deseo de dominio.

Referencias:
Efecto rebote. Wikipedia. Inglés.

13 comentarios:

  1. La conocida como “Paradoja de Jevons” (planteada por William Stanley Jevons en su libro de 1865 The Coal Question /La problemática del Carbón) afirmaba que mejorar la eficiencia en el consumo del carbón implicaba un mayor uso de máquinas de vapor en más industrias, con lo que el consumo total de carbón al final era mayor…hay que tener en cuenta que Watt había mejorado mucho el primer diseño de máquina de vapor (Newcomen)…y su consumo de carbón.

    La paradoja de Jevons lleva a un resultado: mejorar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo pero incrementa el uso del modelo optimizado, lo que provoca un aumento del consumo global.

    Resumiendo, que ahorramos más en energía para acabar gastando más ¡!

    Saludos

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    1. Y sin embargo no es una ley física, sino que depende de los objetivos que demos al sistema, de que el sistema pueda crecer físicamente y de que tomemos o no, las medidas políticas y económicas para contrarrestarlo.
      Eso significa que llegados a los límites del crecimiento, el efecto rebote no puede darse, no podemos aumentar el consumo de un recurso del que tenemos a nuestra disposición cada vez menos, por ejemplo petróleo. Así, si seguimos salvando autopistas con dinero público, lo único que hacemos es tirarlo por el sumidero. Como muestra en su página el "Proyecto para el manejo del efecto rebote de la Comisión Europea", cuando se toman las medidas adecuadas el efecto rebote puede reducirse mucho hasta quedar en un porcentaje sobre el ahorro previsto. El efecto rebote puede darse o no, y puede ser algo negativo o positivo. Pero llegados a los límites los sistemas tienen comportamientos bastante impredecibles, salvo en el hecho de no poder sobrepasar dichos límites.

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  2. Suele asociarse el decrecimiento con una vuelta atrás, como si hubiera que renunciar no sólo a un determinado volumen de PIB sino a todo lo inventado hasta ahora y a toda creatividad humana. Se confunde la cantidad con la forma. Si bien los planteamientos que ven en la innovación la posibilidad de mantener el crecimiento son vanos, dejar atrás este empeño de crecer no tiene por qué ser una renuncia a una innovación que ahora debería orientarse de otro modo. Es posible una innovación sin crecimiento. Y el marco teórico que muestras en este texto deja claro que no sólo es posible sino necesario, entre otras cosas precisamente para frenar el crecimiento.

    La decisión es política. Es lo mismo que ocurre con la redistribución de la riqueza: lo que invirtamos en estabilidad básica, en desarrollo humano de los excluidos, en crear una estructura económica resiliente y en recuperación ecológica no lo estaremos inviertiendo en sobre-producción y estaríamos haciendo socialmente aceptable el decrecimiento. Todo depende de cómo se gestione, con qué objetivos.

    Creo que es loable este esfuerzo (frente a unos y otros, derrotistas pasivos y tecnooptimistas rutinarios) por poner las bases de lo que será necesario para una transición razonable hacia un modelo estacionario. Creo que es lo que merece la pena hacer. Porque como hemos comentado otras veces, (y como estamos viendo), los cambios en las preferencias políticas son posibles e incluso pueden tener lugar de un modo brusco ante situaciones traumáticas. Ojalá se hiciera por convicción, pero también tiene sentido poder explicar una alternativa razonable cuando se generalice la preocupación.

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    1. En mi opinión, uno de los problemas de difusión del movimiento decrecentista es que surgió en una sociedad que podía y tenía en el crecimiento una finalidad en sí misma. Pero ese ya no es el escenario en que nos encontramos. Estamos en una sociedad que aún mantiene los objetivos de crecimiento pero en donde dicho crecimiento está chocando con sus límites. Así, donde antes la mención al decrecimiento voluntario implicaba un revulsivo que llamaba la atención, ahora corre dos peligros:
      1º.- Que muchos lo entiendan como una finalidad en sí misma, de la misma manera que lo es el crecimiento enconómico, olvidando el objetivo final que no es otro que una economía en estado estacionario.
      2º.- Que se haga una caricatura grotesca del decrecimiento asociándolo a una depresión económica profunda y continuada en el tiempo.
      En buena medida ya hemos perdido la opción del decrecimiento voluntario y nos queda el decrecimiento controlado. No hay que ocultar que será algo duro, muy duro, donde la desorientación y confusión actuaran como agravante. Es en este punto, donde tener un plan para el descenso y un lugar adonde ir, puede resultar determinante.

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  3. De algún modo, la cita que lo encabeza resume muy bien este magnífico artículo. "No hay viento favorable..."

    Salud!

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  4. Seguimos afrontando paradojas. .Salvar a la humanidad puede que exija olvidarse de permanecer en el Titanic y fletar los botes salvavidas, no consumir la semilla que necesitamos hoy para poder obtener la cosecha mañana. Y pueda que hoy esto nos parezca impensable, pero el tiempo es un recurso que no podemos detener. Lo que hace inevitable el desastre es que no hagamos nada por evitarlo. Lo que hacemos definirá mejor lo que somos que aquello que tenemos.
    El objetivo imprescindible debería ser poner un límite a ese anhelo irrefrenable de " crecer" y" dominar".
    Y hacer una especie de " introspección" para desamarrarnos de esa pulsión individualista para priorizar la urgencia que reviste el " bien común".El planeta lo está necesitando.Y es urgente.

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  5. "El río de la vida tiene trayectos de remansos y turbulencias. En una pequeña embarcación, frágil y vulnerable, viajamos los hombres con el bagaje de nuestra propia y única historia….Debemos esforzarnos para conducir nuestra barca por el cauce adecuado a cada circunstancia para llegar en paz a la desembocadura."
    Este pensamiento del escritor Carlos Alberto Boaglio encierra una lectura , entre líneas, que apunta a buscar el " cauce adecuado" para la preservación de lo que tenemos e intentar evitar el colapso que nos llevará al desastre .
    Un abrazo.

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  6. Desde mi punto de vista, hay que terminar haciendo del crecimiento económico un fin en sí mismo. ¿Para qué? ?Por qué? Hay que dejar el crecimiento económico a un lado. No se puede perseguir el crecimiento como si fuera un díos que hay que contentar con sacrificios humanos.
    Si pertenecemos a la especie humana, obremos como tal. Mi opinión es que hemos retrocedido mucho en humanización. Si lo pensamos despacio, habremos avanzado mucho en ciencia y tecnología, pero nos comportamos como salvajes. No hay que confundir tecnología con sabiduría.
    Por lo demás, estoy de acuerdo con tus consideraciones. Salvo cuando hablas de maldad y egoismo; el ser humano no es egoista por naturaleza, lo que sucede es que el capitalismo, sus élites, han creado esa cultura (egoismo e individualismo) para alcanzar sus objetivos.
    Un saludo

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    1. Encantado de tenerte de vuelta, espero hacer lo propio en un futuro cercano.
      Estamos de acuerdo en demasiadas cosas, incluso cuando pretendemos no estarlo.
      En ningún momento digo que el ser humano sea egoísta por naturaleza sino mas bien al contrario:

      "Porque no solo los objetivos bien intencionados están sometidos a paradojas, también lo están los objetivos malvados o egoístas. No somos seres sociales con emociones altruistas o solidarias porque creamos en unicornios de color rosa, sino por pura ventaja en la supervivencia. Con frecuencia partimos del prejuicio de que la maldad o el egoísmo son inteligentes y que la bondad o la solidaridad son estúpidas o ridículas."

      No se muy bien qué frase puede haber generado esa confusión, si me la señalas podría corregirlo. Un saludo.

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  7. No es necesario. Tenfremos otras ocasiones.
    Un saludo

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  8. He venido por primera vez a su blog. Me gusta, tanto en su diseño como en lo que escribes. Me apunté como seguidor suyo y la invito a que venga a mi blog, se apunte de seguidora para quedar enlazados y seguirnos comunicando.

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  9. en cualquier sociedad establecida el consumo de energía es vital
    los que los grupos macroeconómicos hacen es simplemente intervenir para que ciertos estados ocupen más de lo que ellos procuran para mantener sus arcas

    buena semana
    gracias por tu huella

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